viernes, 7 de marzo de 2014

Confesiones de un admirador secreto - Capítulo 19

Meses más tarde

Sheena dio las gracias al médico otra vez después de su visita diaria. Habían pasado varios meses ya desde el accidente y a pesar de que los moratones se estaban desvaneciendo y las heridas estaban sanando, Damian aún no había despertado. Jace entró en cuanto salió el doctor.

- ¿Cómo está?
- Igual que todos los días. Un poco mejor, pero todavía tenemos que esperar.

Las cosas entre ella y Jace habían cambiado, estaban incómodos el uno con el otro, desde la pelea. Sheena acaricio el pelo de Damian, quitándoselo de la frente, ya que lo tenía un poco más largo y ahora hasta tenia barba.

- Sabes, nunca le dices que lo amas.
- ¿Qué?

Su cabeza se levantó para mirarlo.

- ¿De qué estás hablando?
- Te escucho hablar con él, todos los días. Le dices qué día es, en qué condición que se encuentra, lo que sale en las noticias, el tiempo que hace, y luego le haces un millón de preguntas que no puede responder. Pero nunca, ni una sola vez, he oído decirte que lo amas.

- Yo… yo… ¿por qué te importa?
- Porque yo sé lo que sientes. Porque tal vez eso es lo que él necesita oír para salir de este maldito estado de coma.
- No lo es.
- ¿Cómo lo sabes?
- Porque lo sé ¿vale?
- ¿Se lo has dicho? ¿Cuándo no hay nadie alrededor?
- No Jace, no lo he hecho.
- ¿Por qué? ¿Por qué no?

Miró a Damián, preocupada de cómo este argumento le pudiera afectar.

- ¿A qué estás esperando?

Sheena miró a su amigo.

- ¡Estoy esperando a que despierte, Jace! Estoy esperando a que abra los ojos y me mire, para que pueda saber que todo lo que está escrito en ese diario es de verdad y él todavía siente eso por mí cuando despierte. Estoy esperando para poder estar segura de que no lo voy a perder. Una vez que sepa eso, una vez que esté despierto y pueda ver esos preciosos  ojos suyos, entonces es cuando yo le diré que lo amo!

- Entonces será mejor que te des la vuelta y se lo digas Sheena, porque mi hermano acaba de despertar.


sábado, 1 de marzo de 2014

Confesiones de un admirador secreto - Capítulo 18



Damian seguía temblando de frustración. Nadie le hablaba así a su Sheena. Nadie. Ni siquiera su hermano. Si hubiera podido despertar en ese mismo instante, lo hubiera hecho, tan sólo para golpear Jace en la cara y enseñarle a no hablarle así a su mujer. Sentir su mano y oír sus palabras lo habían calmado un poco, pero no se había relajado del todo hasta que Jace se había ido.
- No te enfades Damian. Era sólo una pelea tonta. No va a suceder de nuevo. Los dos estamos preocupados por ti y estamos estresados. Todo está bien, te lo prometo cielo.
Le dio un beso en un sitio un tanto doloroso en su frente, pero no le importo el dolor. Le encantaba la forma en la que ella se quedaba a su lado y le hablaba, y realmente le gustaba la manera en la que ella lo llamaba ‘cielo’ o ‘cariño, o “mi vida”. Justo antes de volver a quedarse dormido, la escucho sentarse y ojear algunas páginas, debía estar leyendo de nuevo.

01 de enero 2012

Me ha besado.
Me besó y probablemente ni lo recuerde mañana.
Ayer por la noche en la fiesta de Año Nuevo... Llevaba los pendientes que le regale y estaba preciosa como siempre.
Algo andaba mal, sin embargo, sus sonrisas nunca llegaron a sus ojos y estaba bebiendo demasiado. Creo que tuvo una pelea con Jace, aunque no estoy seguro de por qué.
Ella fue hacia el balcón y tenía que asegurarme de que estaba bien, así que la seguí. Parecía estar llorando y me partió el alma, le pregunte si todo estaba bien. Se dio la vuelta y me preguntó por qué la odiaba tanto. Por una vez, mi falta de palabras se debió a la sorpresa, no los nervios. El reloj dio la medianoche y cuando ella murmuró un ' y que importa", simplemente se acercó a mí y me besó.
Puse un brazo alrededor de su cintura y la otra en la parte trasera de su cuello para acercarla más a mí. Nunca sería suficiente. Sus labios eran tan suaves y ella sabía a champán y a gloria divina. Me empujó con el sonido de la última campanada y se lamió los labios mirándome antes de huir de mí. Fui a verla hoy para ver si podíamos hablar, preguntarle lo que había querido decir, y quizás aclararlo todo de una vez por todas, pero ella obviamente no recordaba el momento que habíamos compartido la noche anterior. Así que con mi corazón en un puño fingí estar buscando a Jace. Sólo tengo una resolución de Año Nuevo esta vez.
Tratar de olvidar a Sheena Stewart.

¿Había sido real?
Su sueño no era sólo un sueño después de todo.
¡Realmente sucedió!
Vagamente recordaba esa noche, había tenido una pelea con Jace, porque había querido quedarse en casa. No había tenido ganas de ver a Damian y dejar que la ofendiera con uno de sus comentarios, no estaba de humor para eso. Jace había hecho que fuera, por lo que había estado allí sin querer y se había tomado copa tras copa.
No podía recordar nada más lo que había sucedido esa noche.

A la mañana siguiente, Damián apareció en su puerta en busca de Jace, pero estaba de resaca y ella no presto demasiada atención. Jamás lo había pensado demasiado, pero ahora, a sabiendas de que él había ido allí en busca de ella, con ganas de hablar de ellos, de su beso... ¡que tonta había sido!