lunes, 27 de enero de 2014

Confesiones de un admirador secreto - Capítulo 10


Sheena llegó al hospital pocas horas después. Se las había arreglado para no sobrepasar el límite de velocidad pero había necesitado toda su concentración para poder llegar hasta aquí de una sola pieza. Pero en cuanto llegó a la unidad de cuidados intensivos y vio a todos sus amigos, las lágrimas comenzaron a correr por su rostro. Jace no estaba con ellos, pero las chicas la abrazaron con fuerza, pidiendo disculpas por lo sucedido.

- ¿Dónde está? ¿Dónde está Damian? ¿Y dónde está Jace?

A la vez que preguntaba, vio a Jace salir de una de las habitaciones con un médico. Se acercó a ellos corriendo, pillando solo las últimas palabras del doctor.

- ... no hay nada que podamos hacer por él ahora mismo. Tiene que salir de ese estado de coma por sí mismo. Todo lo que podemos hacer es esperar.

El médico asintió a todo el mundo y se fue. Sheena se acercó a los brazos abiertos de Jace y lloró.

- ¿Dónde está? Quiero verlo.
- Está aquí en esta habitación, pero no quiero que te asustes. Está muy mal, Sheena.
- No me importa. Por favor.

Jace asintió y tomó su mano. Juntos entraron en la sala de cuidados intensivos donde estaba Damian y Sheena tuvo que ponerse la mano delante de la boca para mantener su grito dentro. Estaba conectado a varias máquinas que emitían pitidos irritantes y tenía varios goteros en su brazo. Pero eso no era lo peor. Yacía tan inmóvil en la cama, cubierto de moretones negros y azules y vendajes por todas partes. Él realmente estaba mal. El sonido de su ritmo cardíaco sonaba demasiado lento para ser normal y Sheena no podía dejar de preguntarse si estaba así por fuera, cuáles serían los daños internos.

- Jace, ¿qué le pasó?

Ella se acercó a Damian y le tocó la mano con cuidado. Tenía tres dedos escayolados y los demás estaban llenos de arañazos.

- Un coche se estrelló contra el suyo.
- ¿Qué? ¿Cuándo?
- La noche después de que te fuiste. Habíamos estado llamando a hospitales y hoteles en los alrededores, pero no pudimos encontrarte. Así que él quería ir a buscarte el mismo. Le dije que estarías bien, que sabias cuidar de ti misma, pero... él estaba muy preocupado por ti. Traté de detenerlo, incluso le quite las llaves del coche, pero seguía insistiendo en que tenía que encontrarte, que tenía que decirte...
- Oh, Dios mío. Todo es mi culpa. Lo siento mucho Jace. Debería haber llamado antes, yo tendría que haberos dicho...

Una lágrima cayó en la mano de Damián y se secó las lágrimas como pudo. Por un segundo pareció como si el latido del corazón de Damian había sonado un poco más fuerte y latiera un poco más rápido, pero cuando ella retiró la mano, sonaba igual de lento y débil que antes. Jace la miró sorprendido.

- Hazlo de nuevo.
- ¿Hacer qué?
- Tocarlo. Igual que estabas haciendo.

Escucharon atentamente cuando ella lo hizo.

- ¿Has oído eso? Te reconoce.
- ¿A mí? ¿Por qué me iba a reconocer?
- No sé... simplemente lo hace. Puedo escucharlo en su corazón. Eres tu Sheena. Tú eres su razón de ser. Tiene sentido. Él luchará por su vida, ahora que estas tu aquí.

Sheena miró a Damián. Cómo deseaba que eso fuera verdad... Jace sabía tan bien como ella que Damian la odiaba. Pero el odio también era una pasión intensa. Y si eso hacía que se despertara… a ella le valía.

- Tengo que ir a decírselo al médico, quédate con él.
- ¡Espera! ¿Cómo sucedió el accidente?
- Iba conduciendo a casa y algún idiota trato de adelantar a un coche, no tenía suficiente espacio y parece que sus luces no funcionaban así que Damian no lo vio a tiempo. Esa es la teoría de la policía al menos.
- ¿El otro tipo...?
- Brazo roto, aparte de eso, ni un rasguño.
- Joder.
- Sí. Voy a hablar con el médico. Por lo general, sólo nos dejan verlo 1 hora al día, pero al ver su reacción a tu tacto...
- Yo me quedo. No me importa lo que diga el médico. Yo no me voy de su lado.

Jace sonrió y miró a su hermano.

- Bien... eso está muy bien.

Miró a Damian cuando Jace se fue. Estaba tan diferente ahora. El otro día había estado como siempre, pero ahora tan magullado por todas partes... deseaba poder volver atrás en el tiempo, no haberse ido, o al menos no haber apagado su móvil... Todo esto era culpa su culpa y le dolía verlo así. Si él no hubiera ido a buscarla, si no hubiese ido tras ella, jamás hubiera tenido el accidente y no estaría metido en esta cama de hospital, tan gravemente herido. Las lágrimas empezaron a caer por su cara de nuevo cuando la culpa la consumió.

- Hey, no llores.

Jace había regresado y estaba de pie a su lado.

- Va a salir de esta, peque. Contigo a su lado, lo logrará.

- Eso espero Jace. Realmente espero que sea así.

sábado, 25 de enero de 2014

Confesiones de un admirador secreto - Capítulo 9

Sheena suspiró profundamente al ver el mar frente a ella. Esto era exactamente lo que necesitaba y donde debería haber venido en el primer lugar. Había intentado dormir después de hacer el ridículo, pero en cuanto Jace se quedó dormido, ella recogió sus cosas y se fue.
Necesitaba estar sola.
Necesitaba pensar.
Tenía que alejarse de Damian y su humillante escena dramática de la noche anterior. Así que se había hecho a sí misma un poco de café para asegurar que no quedaba alcohol en su cuerpo, y había conducido hacia la costa, que quedaba a unas horas de distancia del lago. Había reservado habitación  en un hotel que parecía muy mono y apago el móvil. Después de descansar durante un par de horas, se había ido a la piscina, que quedaba justo al lado de la playa. Se había puesto su bikini azul y sus pendientes azules favoritos, que casi nunca se quitaba. Había traído su libro y allí estaba.

Sin embargo, no había leído mucho. Conocía la historia de memoria y los acontecimientos de ayer seguían invadiendo su mente. Trató de recordar el rostro de Damian después de su confesión, pero el recuerdo era borroso. ¿Había sido sorpresa? ¿Esperanza? ¿Repulsión?
No lograba acordarse.
Se tumbó de nuevo en la toalla y espero que la nota que había dejado para Jace y sus amigos, fuera suficiente para que no se preocuparan. Había huido antes del amanecer y no había querido preocupar a nadie, pero tampoco quería despertar a nadie para decirles que se iba... Estaba bien y aun tenía un buen número de días antes de que acabaran sus vacaciones, así que tenía la intención de sacar el máximo provecho de ellos. En un día o dos llamaría a Jace y le diría dónde estaba para que no se preocupara demasiado. No podía evitar preguntarse qué pensaba Damian de todo esto. ¿Estaba molesto, divertido, enfadado, disgustado? ¿Indiferente?

No podía saberlo, pero de alguna manera pensó que sería una mezcla entre molesto y asqueado... Ella pensaba que él la odiaba, pero Jace había dicho que había una línea muy fina entre el amor y el odio. ¿Era eso realmente posible?
Estaba empezando a atardecer y pensó en regresar a su habitación y pedir algo de comida, cuando de repente se sintió abrumada por una sensación de que algo andaba muy mal. Se llevó la mano al corazón sintiendo miedo y dolor y no pudo evitar preguntarse qué demonios le pasaba. Después de un momento, logró calmarse y sacudió la cabeza.
- No seas tonta, solo estas paranoica porque estás aquí sola. Todo el mundo está bien y todo estará mejor, en cuanto te pidas algo de comida y descanses. Estas aquí para disfrutar de tus vacaciones.
Parecía una loca hablando sola. 

En lugar de volver a su habitación para estar  sola, se pidió un cóctel y volvió a leer su libro. Pronto, la conocida historia de 50 Sombras la cautivó y aunque no lograba sacudirse por completo la sensación de que algo no iba bien, estaba tratando de relajarse. Debía haberse dormido, porque un tiempo después se despertó con un jadeo ahogado, consiguiendo miradas divertidas de personas que ya estaban recogiendo sus cosas y saliendo de la piscina.
El sueño había sido tan real…, más que otras veces. Tanto, que nunca sabía si era un sueño o un recuerdo. Claro que por otra parte, no podía ser un recuerdo. Recordaría besar Damian en un balcón a medianoche... No tenía sentido, pero siempre parecía tan real. Intento sacudirse el sueño. Lo último que necesitaba en este momento era él en su mente aún más. Recogió sus cosas y se dirigió a su habitación. Pediría su comida, tomaría una buena ducha y pensaría en Damian después... mucho más tarde.

Unos días después Sheena entro en su habitación más relajada que nunca. Acababa de almorzar después de haber pasado la mayor parte de la mañana en el spa. No había dejado de pensar en Damian todo este tiempo y todavía tenía el mal presentimiento abrumándola a veces, a pesar de que había conseguido ignorarlo en su mayor parte. Por fin había terminado de leer el libro y ahora estaba empezando a aburrirse sin sus amigos.
Decidió que era el momento de encender su móvil de nuevo para llamar a Jace y sus amigos para hacerles saber dónde estaba. No estaba segura de estar preparada para enfrentarse a ellos, de lo contrario simplemente iría de vuelta hasta el lago... pero la idea de volver a verlo, sin embargo la retuvo. Metió su número pin y esperó a los avisos de llamadas perdidas, señal de que Jace la había llamado o enviado mensajes de texto. Pero en lugar de solo un par de avisos, su móvil emitió un pitido tras otro, y después varios más. Facebook, Whatsapp, mensajes, llamadas.

Lo miro y no se pudo creer la cantidad de llamadas y mensajes. Todos los del primer día eran en su mayoría de Damián, después de eso, sin embargo, eran sólo de Jace y los demás.
Debían de estar muy preocupados si la habían llamado con tanta frecuencia . La mala sensación que había tenido, volvió de golpe y se intensifico.
¿Y si les había pasado algo?
Le dio al botón de rellamada y empezó a empaquetar sus cosas como una loca. Ya era hora de que se fuera a casa.

- ¡Sheena! Por fin, gracias a Dios, ¿dónde has estado?

La voz de Jace sonaba desgastada y ronca. Como si no hubiera dormido y hubiese estado fumando como un loco.

- Estoy bien Jace. Siento no haber llamado. Voy de camino a casa ahora.
- Está bien. Eso es bueno. Date prisa vale? Pero ten cuidado, por favor. Ten mucho cuidado.
- Jace, ¿estás bien? ¿Ocurre algo?
- Sí, no. Yo... No quiero que te preocupes.

Parecía a punto de llorar y Sheena lo supo.

- Es Damian ¿verdad?
- Sí.
- ¿Qué le ha pasado? ¿Dónde está?
- Tu solo vuelve, ¿vale? Él te necesita.
- Jace, por favor, dímelo.

- Damian tuvo un accidente Sheena. Los médicos no creen que va a salir de esta.

miércoles, 22 de enero de 2014

Confesiones de un admirador secreto - Capítulo 8


- Damian, escúchame. No puedes irte, ¡ni siquiera sabemos dónde está!
- No me importa Jace. Tengo que encontrarla, asegurarme de que ella está bien. Bebió demasiado anoche, ¡le puede haber ocurrido algo!
- Vamos a esperar hasta que ella llame, ¿de acuerdo? Lo hará dentro de unos días.
- ¿Y si no lo hace? ¿Y si le ha pasado algo?
Damian paseó por la habitación un poco más. De una lado a otro. Una y otra vez. Como un león enjaulado.
La habían buscado alrededor del lago y en la ciudad. Su móvil estaba apagado y no respondía a su teléfono fijo.
- Mira, sé que estás preocupado, pero ella ya es mayorcita y muy responsable. Ella no conduciría si no estuviera segura de poder hacerlo. Ella puede cuidar de sí misma.
- No puedo dejar que se vaya así, tengo que encontrarla, tengo que decirle...
- Amigo, estas súper pillado por ella ¿no?
Dave estaba sorprendido al descubrir lo que Damian sentía por Sheena, al igual que el resto de sus amigos. Jamás podían haberse imaginado la profundidad de los sentimientos que tenía por Sheena, y las chicas se habían disculpado unas cien veces por lo que pasó la noche anterior. Suspiró profundamente.
- Sí, lo estoy.
- Jace, simplemente déjalo que vaya a encontrarla. - Dijo Amy. Kim la respaldo.
- Sí, tenemos que dar con ella. ¡Ellos se aman!
Tuvo que sonreír ante eso, él aun no podía creerlo. Pero a Kim, Amy y Teresa les encantaban los finales felices y estaban deseando un reencuentro de película.
- Tengo que ir Jace. Dame mis llaves.
- Espérate. Sólo tienes que esperar un par de horas.
- ¿Para qué?
- Ella llamará, Damian. Estoy seguro de ello. Siempre lo hace cuando ella se enfada conmigo. Apaga su teléfono, se va a refunfuñar durante un día o dos y luego ella me llama para hacerme saber dónde está.
- Ella no está enfadada contigo esta vez, hermanito. Esta avergonzada, se siente humillada. ¿Quién sabe lo que puede hacer? O lo que le ha podido pasar.
- Lo sé. Pero, la conozco, ella necesita estar solo, ya leíste la nota.
La nota.
Damian todavía no sabía qué pensar de ella.

Hola chicos,
Siento haber causado tanto drama de anoche, bebí demasiado. Necesito un poco de tiempo para olvidar mi momento tonto así que por favor seguid disfrutando de las vacaciones sin mí, estaré bien. En cuanto se me pase la vergüenza, os llamo. Pasadlo bien, os quiero y nos vemos pronto.
XOXO
Sheena.


Ninguna indicación de dónde estaba o dónde podría haber ido. Damian tenía que encontrarla. Estaba demasiado preocupado para esperar hasta que ella se pusiera en contacto con ellos. Podría tardar días!
- ¡Las llaves Jace! Ahora.
- ¿A dónde vas a ir? No puedes encontrarla solo.
- ¡No lo sé! Todo lo que sé es que tengo que encontrarla! Me estoy volviendo loco aquí, ¡necesito saber que ella está bien!
- ¿Por qué no tratamos a buscarla desde aquí? – sugirió Steve. - Todos tenemos un móvil, podemos empezar a llamar a hoteles o...
- Hospitales.
- Sí. Si quieres. Somos siete así que podemos empezar a llamar y quizás encontrarla pronto.
- Esa es una buena idea, pero no quiero arruinar vuestras vacaciones.
- Hey, ella también es nuestra amiga.
- Gracias tío. Pero si no la hemos encontrado en un par de horas, me voy a buscarla yo mismo, y no me podréis detener.
Las chicas rápidamente crearon una lista organizada de los lugares donde podría estar, aunque Damian todavía tenía la esperanza de que estuviera en su casa ignorando su teléfono. Pero no podía estar seguro, a menos que fuera allí y viera su coche aparcado y ella misma le abriera la puerta. 
Y si ella no estaba allí... Si no la encontraban, no sabría qué hacer. Se volvería loca. Por primera vez en su vida, rezó. Rezó con todo su corazón para encontrarla sana y salva, antes de que perdiera la cabeza.
Tres horas más tarde, habían llamado a todos los hospitales, comisarías, hoteles, moteles y cualquier otra cosa que se les ocurrió en un radio de 50 km. Sheena no estaba por ningún lado y a él le estaba empezando a entrar  pánico.
- No te preocupes Damian, seguramente se ha ido más lejos, por la costa, tal vez. Ya sabes lo mucho que ama la playa. Las niñas pueden hacer otra lista y podemos empezar a llamar...
- No. Me voy Jace. Vamos a gastar una fortuna en llamadas, cuando ella  probablemente, este en su casa, sin coger el teléfono. Voy a ir.
- Bien, está bien. Voy a ir contigo.
- No. Tengo que hacer esto solo.
- Pero...
- Si vienes, va a ir directamente en tus brazos, buscando tu protección. Tengo que hacer esto solo Jace. Necesito saber si ella me ama tanto como yo la amo a ella. Y no puedo hacer eso contigo alrededor.
- Yo... tienes razón. Bueno, vete. Y llámanos en cuanto sepas de ella ¿vale?
- Te lo prometo. Y lo mismo te digo.
Jace le entregó las llaves del coche. Se despidió de sus amigos, puso sus cosas en el coche y se fue a buscar el amor de su vida.


sábado, 18 de enero de 2014

Confesiones de un admirador secreto - Capítulo 7

Sheena nunca se había sentido tan mal en su vida. Las lágrimas corrían por su rostro mientras vaciaba su estómago en los arbustos al lado de la cabina. Se sentía tan estúpida. Sabía que no debería haber jugado. Ahora todo el mundo sabía lo que sentía por Damian.
Incluso el propio Damián, que la odiaba.
Damian, que probablemente estaba dentro riéndose de ella. Oh Dios, ¿cómo podría enfrentase a él nunca más? Primero la pillaba mirándolo a escondidas y ahora esto. Ella tenía ganas de ir a su casa y meterse en la cama. Olvidarse del mundo.
Jace estaba junto a ella, sosteniendo su cabello y dándole un pañuelo limpio cada vez que ella lo necesitaba. Después de un tiempo ella se enderezó y  el la abrazo.
- Esta bien nena. Estás bien.
- No lo estoy Jace. ¡Ahora todos lo saben!
- No, que va. Ellos simplemente están intentando adivinarlo. No dejes que te afecte.
- ¿Y qué pasa con él? ¡Él lo sabe! No es tonto.
- Él no sabe nada. Le diremos que soy yo. Saldremos durante una semana; fingimos  que estamos saliendo y luego rompemos.
Eso hizo que sonriera.
Jace y sus ideas tontas.
- Nadie lo va a saber si tú no quieres.
- Lo sabrán. ¿No crees que ya lo saben?
- ¿Cómo? ¿Cómo van a saber que es él y no yo?
- Está durmiendo en mi cama Jace. ¿No crees que yo debería de haber causado un poco más alboroto, si no lo hubiera querido allí? Yo podría haber pedido que tú compartieras mi habitación y dejar que él se quedara con Steve. ¿No crees que se hayan dado cuenta de eso?
- Yo no...
- Al menos lo sospechan. ¿Por qué crees que me han hecho todas estas preguntas?
Jace suspiró y la abrazó más cerca.
- Déjalos que lo sepan. A quién le importa lo que sientes por mi hermano?
- A tu hermano. Él me odia.
La puerta principal se abrió con un chirrido y después de unos susurros, se oyo la voz de Amy.
- Sheeny, ¿estás bien?
- Estoy bien. Enseguida entro.
La puerta se cerró de nuevo y Sheena miró a Jace.
- ¿Quieres dormir conmigo esta noche?

*-*-*

El corazón de Damián latía con fuerza. No podía creerlo. Había oído las palabras, pero aún así... había tenido que volver a entrar con Amy, por lo que no podía saber lo que decían después de eso, pero si sus sentimientos por él eran reales...
Ella pensaba que él la odiaba, pero nada más lejos de la verdad, tenía que hacerle ver lo equivocada que estaba. Nervioso, esperó a que Sheena y Jace entraran de nuevo, lo que hicieron después de un rato. Ella comento que estaba bien, a nadie en particular, y subió las escaleras. Estaba a punto de ir tras ella cuando Jace se lo impidió.
- Ella necesita estar sola ahora.
- Pero...
- Me voy a quedar con ella esta noche.
- No Jace...
- Voy a dejar tus cosas a la habitación que he estado usando.
Él suspiro pero asintió con la cabeza a su hermano. Entendía que ella necesitara estar sola. Todos habían estado bebiendo y después de una confesión como esa, probablemente necesitaba aclarar su mente. Esperaba poder hablar con ella por la mañana y aclararlo todo. Podía confesarle sus sentimientos.
¿Y quién sabía?, tal vez haber venido a estas vacaciones en grupo fuera lo mejor que le podía haber pasado. Sus palabras rondaron por su cabeza toda la noche
"Está durmiendo en mi cama Jace. ¿No crees que yo debería de haber causado un poco más alboroto, si no lo hubiera querido allí? "
Ella lo quería allí, en su cama. Al lado de ella. Todavía podía sentir sus ojos en él, como la otra mañana.
Ella había estado mirándolo con deseo, se daba cuenta de eso ahora, y no podía esperar a que ella lo mirara de esa manera otra vez.
Al día siguiente se despertó temprano. Necesitaba hablar con Sheena y estaba deseando hacerlo. Caminó por toda la casa pero no había nadie despierto todavía, así que se fue al piso de arriba. La puerta del cuarto de Sheena estaba entreabierta por lo que se acercó para ver si ella o su hermano estaban despiertos. Jace estaba profundamente dormido, pero Sheena no estaba por ningún lado... la puerta del baño estaba abierta por lo que supo que no estaba allí. Había estado por toda la casa y sabía que ella no estaba por ninguna parte. Miró por la ventana y vio que sus peores temores se habían hecho realidad.
- Damian qué demonios haces...
- Levántate Jace.
- ¿Qué? ¿Por qué? ¿Y dónde está...?

- Sheena se ha ido.

lunes, 13 de enero de 2014

Confesiones de un admirador secreto - Capítulo 6

Sheena miró a Kim incrédula.
- ¿Es una broma verdad?
- ¿Por qué no?
- Kim, en serio, ¿cuánto has bebido? Somos demasiado viejas para ese juego tonto.
- No, ¡no lo somos!
Kim demostró su razonamiento sacando la lengua y Sheena puso los ojos en blanco.
- Será divertido, ¡vamos! ¿De qué tienes miedo?
- ¡De nada! Pero...
- ¡Entonces podemos jugar! ¿chicos, jugáis?
Los chicos obviamente dijeron que no, ya que estaban más que dispuestos a simplemente observar. Y reírse de ellas.
- Está bien, aburridos. Vale, niñas, cada vez que digáis una mentira o falléis un desafío, tenéis que tomar un chupito. ¿Listas?
Amy y Teresa asintieron con entusiasmo mientras Sheena puso los ojos en blanco otra vez. Habían hecho esto antes... y nada bueno salía de este juego mientras estuvieran bebiendo. Era sentido común. Como de costumbre, las preguntas empezaron bastante inocentes, hasta que empezaron a ponerse un poco más personales. Todas eligieron verdad porque eran unas reinas del cotilleo. Cuando fue su turno, ella se estremeció preguntándose cuál sería la siguiente pregunta. Y entonces finalmente comenzó.

- ¿Qué ha paso entre tú y Damian de la otra noche?
Él levanto una ceja, como desafiándola a decir la verdad. Alargó automáticamente la mano para coger su chupito, sin tan siquiera intentar responder. Le preguntaron lo mismo 3 veces más y aunque los chupitos la estaban empezando a marear, sacudió la cabeza riéndose.
- Puedo estar borracha, o casi, pero aun así no lo diré.
- ¿Entonces pasó algo?
- Eso es una segunda pregunta. Shhhh ¡a callar! ¡Siguiente!
Las niñas siguieron jugando y pronto olvidaron de esa pregunta en particular. Poco después estaban tiradas el suelo por la risa y Sheena estaba empezando a pasárselo bien. Hasta que fue su turno de nuevo.
- Verdad o Desafío?
- Verdad. En serio, ¿por qué lo seguimos preguntando?
- Shhh calla. Vale, ¿Estás enamorada de alguno de los chicos en esta habitación?
Los chicos se callaron al instante.
Echó un vistazo al chupito que tenía frente a ella, pero ella realmente no podía beber más. A través de la neblina de alcohol, la idea de mentir ni siquiera se le ocurrió. Así que miró a las chicas, y luego a los chicos, y suspiró tristemente antes de susurrar.
- Sí.


El corazón de Damián dejó de latir cuando oyó esa pequeña palabra. Entonces su hermano lo miró y él espabilo.
Por supuesto que no era él.
Era Jace.
Siempre había sido Jace.
Él debería irse a la cama, olvidarse de todo esto. Demonios, probablemente debería decirle a su hermano que cambiara de lugar con él para que pudiera dormir en su cama. El juego continuó con las risas y bromas y él no se atrevía a marcharse.
Estaba esperando otra pregunta. Necesitaba saber más. Y las preguntas seguían viniendo.
- Y ese chico del que estas enamorada, ¿tiene novia?
Ella suspiró, miró el chupito y volvió a suspirar.
- No que yo sepa.
Le iba a dar un ataque al corazón o algo así. Por qué no le preguntaban quién era? ¿Realmente tenían que jugar el juego de la deducción así?
Necesitaba saberlo antes de volverse loco. Damian soportó otra ronda entera de preguntas hasta que le toco a ella de nuevo.
- ¿El tipo del que estás enamorada, es el mismo que actualmente duerme en la habitación contigo?
Esto era. Esta era la pregunta que había estado esperando. Toda la habitación estaba en silencio, esperando su respuesta. Ella miró los chupitos y lo miró directamente a los ojos. Luego miró a Jace. Ella parecía absolutamente miserable. Esto ya no era un juego, ya no se estaba divirtiendo. Damian se moría por saber la respuesta, pero no así.
- ¡Suficiente!
Él y Jace se levantaron a la vez, sorprendiendo a todos.
- Esto ha ido demasiado lejos. Suficiente.
Su hermano dijo las mismas palabras que él estaba pensando. Sheena se levantó, estaba temblando visiblemente y Jace estaba allí, sosteniéndola. Apoyándola.
- Tengo que...
Puso una mano delante de su boca, y salió corriendo hacia afuera con Jace justo detrás de ella.
- Quedaros aquí. Vamos a darle un poco de espacio.
Tenía que asegurarse de que estaba bien, así que esperó 5 segundos antes de seguir a su hermano y Sheena al exterior.


viernes, 10 de enero de 2014

Confesiones de un admirador secreto - Capítulo 5

Sheena no podría estar más avergonzada. La había pillado con la mirada fija en su enorme... Oh Dios, no podía ni pensarlo o se sonrojaría de nuevo.
- Haz como si nada sucedió – le había aconsejado Jace.
- Y da las gracias que por lo menos tuvo la decencia de usar boxers. Él suele dormir desnudo.
Jace le había guiñado un ojo, sacando su lado juguetón habitual y ahora estaban sentados a la mesa del desayuno, actuando como si nada hubiera pasado. Incluso había logrado mirarlo a los ojos y decir buenos días sin atragantarse con su café. Pero él lo sabía... oh si, sabía lo avergonzada que estaba.
Parecía realmente divertido mientras se tomaba un café y se sentó con ellos en la mesa. Decidió que iba a hacer su mejor esfuerzo para ignorarlo, incluso si eso era la cosa más difícil que hiciera jamás. Todos decidieron quedarse alrededor del lago ese día, así que ella se puso otra vez su pequeño bikini negro. Era un día caloroso así que antes de sentarse con sus amigas a tomar el sol, se fue a nadar. Amaba este lugar y se alegró de Jace la hubiera convencido para acompañarlos. No iba a dejar que nada arruinara sus vacaciones, y menos la presencia de Damián y el incidente de por la mañana.
Aunque no podía dejar de pensar en que podría hacer para caerle mejor…
Salió del agua y sonrió cuando vio a los chicos tratando de jugar algún tipo de volley playa. Todos estaban en forma, pero Damián era el único que tenía su plena atención.
Rápidamente se dio la vuelta. Lo último que necesitaba era que la pillara mirándolo de nuevo. Se sentó y las niñas la miraron con curiosidad.
- ¿Y bien?
- Y bien, ¿qué?
- ¡Oh, Dios mío Sheena! ¡Cuéntanoslo ya! ¿Cómo fue?
- ¿Cómo fue qué?
- ¿En serio?
Las chicas parecían impacientes por saberlo, pero Sheena no quería decirles nada sobre lo que había pasado esa mañana. ¡Era vergonzoso!
- Pues ha sido completamente normal, nada de otro mundo. Dos adultos que duermen en una sola cama, él se quedó dormido en un lado, y yo me quede dormida en el otro lado. Eso es todo.
- ¿Eso es todo?  ¿Nos estás tomando el pelo?
Todas miraron hacia algo detrás de ella y cuando se volvió para ver lo que era, una botella protección solar cayó en su toalla, haciéndola sonrojar.
- Mejor cúbrete con esto, te vas a quemar.
- Uhm... gracias.
Sheena estaba sorprendida y miro como Damian volvía con los chicos así como así . ¿Damian amable con ella? ¿Qué demonios le pasaba?
- Asi que eso es togo ¿eh? Sólo habéis dormido? Sí claro!
Las chicas empezaron a burlarse de ella y a compartir sus teorías retorcidas de lo que había sucedido con Damian esa noche. Mientras se puso la protección, tuvo que sonreír... Si lo supieran...

Damian se alegró al ver que ella se estaba poniendo la loción. Odiaba la idea de que una piel tan preciosa, se quemara.
- ¿Qué le has puesto a la crema, polvos pica pica?
Los chicos se estaban descojonando con su intento de ser amable, ya que pensaban que realmente la odiaba.
- Tío, en serio, si Amy se echa y le pasa algo por algo que has metido en la crema...
- Tal vez lo ha llenado con una especie de tinte de piel – bromeó Dave – Todas las chicas van a parecer pitufas o algo así.
Él sonrió. Ay sus amigos y sus ideas locas.
- Relájense chicos, solo es protección solar. Lo peor que puede pasar es que no se pongan morenas tan rápido como quieren
Lo miraron como si estuviera loco.
- Así que... no lleva polvos pica-pica?
- Nop.
- No tinte para la piel?
- Nop.
- ¿Nada igualmente retorcido?
- No. En serio.
- ¿Sólo la crema?
- Sólo crema.
- Huh.
Jace le guiñó un ojo mientras Dave y Steve se miraron confundidos.
- Buen trabajo tio.
Damian puso los ojos en blanco y rápidamente se reanudó el juego.

Esa noche tuvieron una cena agradable y relajada y se fueron a dormir temprano ya que todos estaban un poco cansados. Sheena se ruborizó un poco al meterse en la cama, pero nada más. Él había estado esperando a que ella lo mirara de nuevo, pero no hubo suerte, tan solo había susurrado un tímido, buenas noches antes de apagar la luz.
A la mañana siguiente, cuando se despertó, ella estaba profundamente dormida, por lo que realmente parecía como si nada hubiera pasado la mañana antes. Casi como si se lo hubiese imaginado.
Cuando todos se habían despertado, decidieron ir a un museo de la ciencia en las que estaba cerca ya que tenía un montón de proyecciones en 3D. Al recordar la última vez que todos habían visitado un museo, se aseguró de no acercarse demasiado a ella, para no meter la pata una vez más, a pesar de que esta vez lo estaba haciendo mucho mejor que otras veces. Jace se acercó a él=, con cara de preocupación.
- ¿Estás bien tio?
- Sí, ¿por qué?
- Nada. Estás demasiado separado del grupo. Sheena me ha preguntado por ti.
Su corazón dio un brinco. No podía ser lo que el pensaba.
- Sólo estoy mirando las esculturas. Estoy bien, de verdad.
- De acuerdo. Si tú lo dices. Pero puedes venir con nosotros, si quieres.
No lo hizo. Llegaron a la cabaña tarde por lo que de inmediato se pusieron a hacer la cena. Damian no podía dejar de mirarla, ni cuando fregaba los platos. Lo tenia loco.
Por la noche se echaron unas copas y se quedaron en la cabaña, las chicas a un lado charlando y riendo, mientras que los chicos trataban de ver algún programa de televisión sobre el último modelo de coche en el mercado. Él no pudo evitar distraerse. Le encantaba ver a Sheena tan libre y desinhibida. Tan feliz. Estaba bebiendo más que el otro día y su rostro estaba un poco sonrojado. De repente lo miró y su mirada se sostuvo un poco más tiempo de lo habitual. Kim hablo con excitación lo que la hizo mirar hacia otro lado brevemente. Pero cuando volvió a mirarlo de nuevo, su corazón se saltó un latido al ver su sonrisa radiante, dirigida a él! Hasta que Kim grito.

- ¿Por qué no jugamos al Verdad o Desafio?