Sheena
suspiró profundamente al ver el mar frente a ella. Esto era exactamente lo que
necesitaba y donde debería haber venido en el primer lugar. Había intentado
dormir después de hacer el ridículo, pero en cuanto Jace se quedó dormido, ella
recogió sus cosas y se fue.
Necesitaba
estar sola.
Necesitaba
pensar.
Tenía
que alejarse de Damian y su humillante escena dramática de la noche anterior.
Así que se había hecho a sí misma un poco de café para asegurar que no quedaba
alcohol en su cuerpo, y había conducido hacia la costa, que quedaba a unas
horas de distancia del lago. Había reservado habitación en un hotel que parecía muy mono y apago el
móvil. Después de descansar durante un par de horas, se había ido a la piscina,
que quedaba justo al lado de la playa. Se había puesto su bikini azul y sus
pendientes azules favoritos, que casi nunca se quitaba. Había traído su libro y
allí estaba.
Sin
embargo, no había leído mucho. Conocía la historia de memoria y los
acontecimientos de ayer seguían invadiendo su mente. Trató de recordar el
rostro de Damian después de su confesión, pero el recuerdo era borroso. ¿Había
sido sorpresa? ¿Esperanza? ¿Repulsión?
No
lograba acordarse.
Se
tumbó de nuevo en la toalla y espero que la nota que había dejado para Jace y
sus amigos, fuera suficiente para que no se preocuparan. Había huido antes del
amanecer y no había querido preocupar a nadie, pero tampoco quería despertar a
nadie para decirles que se iba... Estaba bien y aun tenía un buen número de
días antes de que acabaran sus vacaciones, así que tenía la intención de sacar
el máximo provecho de ellos. En un día o dos llamaría a Jace y le diría dónde
estaba para que no se preocupara demasiado. No podía evitar preguntarse qué
pensaba Damian de todo esto. ¿Estaba molesto, divertido, enfadado, disgustado?
¿Indiferente?
No
podía saberlo, pero de alguna manera pensó que sería una mezcla entre molesto y
asqueado... Ella pensaba que él la odiaba, pero Jace había dicho que había una
línea muy fina entre el amor y el odio. ¿Era eso realmente posible?
Estaba
empezando a atardecer y pensó en regresar a su habitación y pedir algo de
comida, cuando de repente se sintió abrumada por una sensación de que algo
andaba muy mal. Se llevó la mano al corazón sintiendo miedo y dolor y no pudo
evitar preguntarse qué demonios le pasaba. Después de un momento, logró
calmarse y sacudió la cabeza.
- No
seas tonta, solo estas paranoica porque estás aquí sola. Todo el mundo está
bien y todo estará mejor, en cuanto te pidas algo de comida y descanses. Estas
aquí para disfrutar de tus vacaciones.
Parecía
una loca hablando sola.
En
lugar de volver a su habitación para estar
sola, se pidió un cóctel y volvió a leer su libro. Pronto, la conocida
historia de 50 Sombras la cautivó y aunque no lograba sacudirse por completo la
sensación de que algo no iba bien, estaba tratando de relajarse. Debía haberse
dormido, porque un tiempo después se despertó con un jadeo ahogado,
consiguiendo miradas divertidas de personas que ya estaban recogiendo sus cosas
y saliendo de la piscina.
El
sueño había sido tan real…, más que otras veces. Tanto, que nunca sabía si era
un sueño o un recuerdo. Claro que por otra parte, no podía ser un recuerdo.
Recordaría besar Damian en un balcón a medianoche... No tenía sentido, pero
siempre parecía tan real. Intento sacudirse el sueño. Lo último que necesitaba
en este momento era él en su mente aún más. Recogió sus cosas y se dirigió a su
habitación. Pediría su comida, tomaría una buena ducha y pensaría en Damian
después... mucho más tarde.
Unos
días después Sheena entro en su habitación más relajada que nunca. Acababa de
almorzar después de haber pasado la mayor parte de la mañana en el spa. No
había dejado de pensar en Damian todo este tiempo y todavía tenía el mal
presentimiento abrumándola a veces, a pesar de que había conseguido ignorarlo
en su mayor parte. Por fin había terminado de leer el libro y ahora estaba
empezando a aburrirse sin sus amigos.
Decidió
que era el momento de encender su móvil de nuevo para llamar a Jace y sus
amigos para hacerles saber dónde estaba. No estaba segura de estar preparada
para enfrentarse a ellos, de lo contrario simplemente iría de vuelta hasta el
lago... pero la idea de volver a verlo, sin embargo la retuvo. Metió su número
pin y esperó a los avisos de llamadas perdidas, señal de que Jace la había
llamado o enviado mensajes de texto. Pero en lugar de solo un par de avisos, su
móvil emitió un pitido tras otro, y después varios más. Facebook, Whatsapp,
mensajes, llamadas.
Lo
miro y no se pudo creer la cantidad de llamadas y mensajes. Todos los del
primer día eran en su mayoría de Damián, después de eso, sin embargo, eran sólo
de Jace y los demás.
Debían
de estar muy preocupados si la habían llamado con tanta frecuencia . La mala
sensación que había tenido, volvió de golpe y se intensifico.
¿Y si
les había pasado algo?
Le
dio al botón de rellamada y empezó a empaquetar sus cosas como una loca. Ya era
hora de que se fuera a casa.
-
¡Sheena! Por fin, gracias a Dios, ¿dónde has estado?
La
voz de Jace sonaba desgastada y ronca. Como si no hubiera dormido y hubiese
estado fumando como un loco.
-
Estoy bien Jace. Siento no haber llamado. Voy de camino a casa ahora.
-
Está bien. Eso es bueno. Date prisa vale? Pero ten cuidado, por favor. Ten
mucho cuidado.
-
Jace, ¿estás bien? ¿Ocurre algo?
- Sí,
no. Yo... No quiero que te preocupes.
Parecía
a punto de llorar y Sheena lo supo.
- Es
Damian ¿verdad?
- Sí.
-
¿Qué le ha pasado? ¿Dónde está?
- Tu
solo vuelve, ¿vale? Él te necesita.
-
Jace, por favor, dímelo.
-
Damian tuvo un accidente Sheena. Los médicos no creen que va a salir de esta.
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