martes, 25 de febrero de 2014

Confesiones de un admirador secreto - Capítulo 17



Sus palabras la sorprendieron cada vez más, con cada página que leía. Los sentimientos que el tenia por ella eran tan similares a la lo que ella sentía por el que la sorprendió que hubiera que tenido que llegar a esto para que sus sentimientos fueran conocidos. Deberían haber estado juntos ya, hace muchísimo tiempo.
Jace lo había sabido. Lo había sabido desde hace un año, lo que su hermano sentía por ella. Y él sabía lo que sentía ella, aunque jamás se lo hubiera confesado.
Lo sabía y nunca se lo dijo. ¡Se suponía que era su mejor amigo!
Ella quería llamarlo, preguntarle por qué nunca le había dicho nada. Estaba segura de que si Damian hubiese sabido lo que ella sentía, hubiera actuado diferente. No como si la odiara…
No podía llamar a Jace ahora, se preocuparía y pensaría que algo andaba mal con Damian... Hablaría con él más tarde, hasta entonces, tenía un poco más de lectura pendiente.

Ojeo las páginas del diario y se dio cuenta de que había un salto en las fechas, y supuso que esas serían las páginas que Jace le había comentado que faltaban. Aunque también podría ser que simplemente no había tenido nada que escribir. Él nunca se había unido a las escapadas de fin de semana que habían organizado. Cuando hacían alguna fiesta o salidas nocturnas había estado tranquilo, retraído. No había hecho demasiados comentarios bordes, ahora que recordaba. Y siempre había venido solo...

 Jace había traído a chicas en más de una ocasión, Y Kim y Steve también habían traído citas, pero él nunca. ¿Había sido por ella? ¿De verdad no había estado con nadie durante todo este tiempo?
Ella desde luego que no había estado con nadie, nunca le interesaba nadie, ¿pero él? Sheena sabía que tenía decenas de mujeres que lo deseaban, detrás de él... Rápidamente continuó su lectura, curiosa por saber si en alguna página mencionaba a otras mujeres, ya que hasta ahora, sólo su nombre era el que aparecía en todo el diario.

26 de diciembre 2011
Ya vuelve a ser Navidad. Ha pasado un año entero desde que conocí a la mujer de mis sueños, la madre de mis hijos, el amor de mi vida... Esta noche hemos hecho lo del Amigo Invisible. Había sacado inicialmente el nombre de Steve pero Jace tenía a Sheena he conseguido cambiarlos. He comprado el regalo perfecto para ella. Sé que había un límite de precio, pero cuando pase por el escaparate de Tiffany’s y vi estas argollas de diamantes azules, supe que eran ideales para ella. Les quedaran perfectos y resaltara el azul de sus ojos aún más. Obviamente, los saqué de la caja de Tiffany y los puse en una pequeña bolsa de terciopelo azul. Nadie me podrá decir que superé el límite acordado. A ella parece que le han gustado de verdad, a pesar de saber que vinieron de mí. Hasta me dio las gracias. Me encogí de hombros, como si no fuera nada, pero me encanto ver su sonrisa y ver como se los ponía. Realmente le quedan  tan bien como pensaba. También le he comprado algo de Victoria’s Secret  que se le quedaría  increíble, pero de alguna manera no creo que eso lo agradecería viniendo de mí. Así que voy a estar agradecido por esa hermosa sonrisa y este pequeño progreso y espero poder conseguir un poco más de esto en el futuro.

Oh. Dios. Mío. ¿Diamantes? Él le había comprado diamantes.
De Tiffany’s. Ella los tocó, asombrada.
Desde que se los hubo regalado, se los había puesto todos los días, porque le habían encantado. Le daba exactamente igual que hubieran tenido un límite de precio ' por debajo de 20' ya que eran perfectos, además que se los había regalado él.
Sheena siempre había sido cuidadosa con sus cosas y como a estos pendientes le tenía un especial cariño, ella los había tratado con mucho cuidado. Siempre había pensado que Jace había ayudado a Damian elegir ese regalo, y ahora sabía la verdad.
Increíble...
¿Y también le había comprado su ropa interior de Victoria’s Secret?
¿Dónde estaba?
¿Se lo habría dado a otra persona al final?

Tenía tantas preguntas, a las que necesitaba respuesta. Hasta ahora, había mencionado flores, que nunca había recibido. Le había escrito cartas, que ella nunca había leído. Y le había comprado regalos que ella nunca había recibido.
Damian necesitaba despertar de una maldita vez para que ella pudiera preguntarle acerca de todas estas cosas y gritarle un poco por ser tan tonto. Ella miró a la cama, parecía debilitado, no el hombre fuerte que ella sabía que era, por lo que podía olvidarse de la parte de gritarle.
Pero seguía teniendo un millón de preguntas para hacerle. ¿Cómo era posible que el la amara tanto y que ella nunca lo supiera?
¿Él todavía tenía todas esas cosas o las había tirado? Las cartas no leídas, los regalos sin abrir... Probablemente debería preguntarle a Jace, pero estaba demasiado enfadada para hablar con él. Quería leer un poco más, pero el sueño se apoderó de ella.

Lo siguiente que supo, Jace estaba empujando despierta.
- Sheena cariño.
- Damian… ¿Qué?
Ella se despertó sobresaltada, mirando a Damian para asegurarse de que estaba bien. Había soñado con ese beso de nuevo y se sintió un poco desorientada. Miró a Jace y recordó que él lo sabía, recordó que ella estaba enfadada con él.
- Lo sabías.
Ella no podía dejar de mirarlo de manera acusadora.
- Lo sabías y no me lo dijiste.
- Sheena, ¿qué...?
- Podríamos haber estado juntos hace meses Jace. Sabías lo que el sentía por mí y nunca dijiste una palabra! Se supone que eres mi mejor amigo! Esto nunca habría sucedido!
- ¿Me estás echando la culpa? ¿Qué se supone que debía hacer? Él se ponía nervioso cada vez que se mencionaba tu nombre y tú estabas tan jodidamente ciega que no podías ver que sus acciones estaban causadas por sus sentimientos hacia ti. Si no hubieras huido como una cobarde, tal vez no estaríamos aquí!
En ese momento Damian dejó escapar un gruñido que sorprendió a ambos.
- ¿Damian?
Su labio se curvó en una mueca y su cuerpo estaba temblando.
- Llama al médico Jace. Ahora.
En cuanto Jace salió de la habitación, Damian se calmó y sus facciones se relajaron.
- Ya está mi vida, todo está bien. Solo estábamos hablando.
El médico entró, seguido de Jace y ella explicó lo que había sucedido.
- Así que ustedes dos estaban hablando y ¿él gruñó?
- Estábamos discutiendo, no sólo hablando. Y si, soltó un gruñido, movió los labios y tembló un poco.
- De acuerdo. Bueno, sus signos vitales están bien, pero yo recomiendo que no tengan ninguna discusión aquí. Después de todo, él es un paciente que se está recuperando y si él los escucha, se podría ver afectado por lo que digan. Al ver lo dependiente que es de usted señorita Stewart, no me sorprendería si él reaccionó de esa manera para de alguna manera, defenderla. Por favor llámenme si ocurre de nuevo. Buenas noches.
El doctor Michaels los dejó solos pero ninguno de los dos habló durante un rato.
- Lo siento Sheena. Debería haber dicho algo, pero yo quería que ustedes os dierais cuenta solos. He cometido un error, lo sé.
Sheena no podía decir nada, estaba demasiado enfadada y dolida para pensar en esto ahora mismo. Y la reacción de Damian incluso mientras estaba en estado de coma...
- Yo... ehm Te dejaré sola ahora. Volveré por la mañana.

- Está bien. Adiós Jace.

domingo, 23 de febrero de 2014

Confesiones de un admirador secreto - Capítulo 16

15 de julio 2011
Todos se han ido en otro viaje en grupo. Yo no podía ir. No después de la última vez. Jace me dijo que no me preocupara, que todo estaría bien, que debería ir y ser yo mismo... Sí claro. ¿Para que pueda fastidiar las cosas con Sheena un poco más? No, gracias.
Va a matarme el no verla, pero tal vez pueda pensar en algo… algo para que ella caiga rendida a mis pies. Para que me vea como el hombre que realmente soy.
Me siento tan estúpido. Nunca he tenido un problema con las mujeres en mi vida... claro que por otra parte, nunca he conocido a nadie como Sheena. Ella es increíble en todos los sentidos. Además de su belleza, es inteligente y cariñosa, amable y dulce...
Podría seguir y seguir y hablar de ella para siempre, sin cansarme.
Pero no puedo hablar con nadie sobre esto. Solo Jace lo sabe por ahora, pero él sólo me dice que sea sincero y le diga la verdad.
Y simplemente no puedo.
 ¿Y si ella no siente lo mismo por mí?
¿A quién estoy engañando? Ya sé de sobra que ella no siente lo mismo. ¿Por qué iba a hacerlo? Si con la forma en la que la he tratado, es probable que tenga un club de fans estilo "Odio a Damian'  o algo así. Si tan sólo pudiera hacerle ver...


¿Jace lo sabía?
¿Él lo sabía y nunca se lo dijo? Sheena miró por la ventana, enfadada.
¿Cómo podía haber sucedido todo esto? Damian se había quedado fuera de todas esas vacaciones en grupo a causa de ella. Pero ¿por qué? No podía entender por qué la había tratado tan mal durante todo este tiempo cuando realmente estaba enamorado de ella. ¿De verdad ella lo hacía sentirse tan mal, o si es que simplemente sacaba lo peor de él?
Es que no había manera de saber  y cuanto más leía, más se confundía. Curiosamente, ella no podía recordar mucho de las vacaciones en las que él no había estado. Claro que se había divertido, pero había empezado a echar en falta sus comentarios bordes, sus respuestas groseras y su miradas de desaprobación. Habían perdido tanto tiempo... Suspiró profundamente y siguió leyendo.

Damian la oyó suspirar. Parecía muy cansada. Se sentía mal porque probablemente él era el culpable de que ella se sintiera así. Si tan sólo pudiera despertar... había oído al médico decir que él estaba en coma y luego había oído hablar a Jace y Sheena. Ella estaba dispuesta a renunciar a su trabajo por él. Para permanecer a su lado.
- Oh Damian. Por favor, despierta.
Damian oyó su susurro y quiso gritar " ¡Lo estoy intentando!"
Entonces pudo oír sus sollozos y su corazón se rompió. No sabía por qué estaba llorando, pero le gustaría poder despertar y consolarla. Tan sólo envolverla en sus brazos y asegurarse de que ella sabía que todo estaría bien. Tenía que seguir luchando. Ella lo amaba, eso lo recordaba. Y él necesitaba decirle que la quería. Si tan sólo pudiera despertar de una puta vez...

29 de julio 2011
Por fin han vuelto de sus vacaciones. La he visto otra vez, ¡esta preciosa! Tiene un bronceado perfecto, lo que destaca sus ojos azules y cuando sonríe...
Dios, soy como un adolescente con su primer amor. Mi corazón está latiendo fuera de mi pecho, mis manos están húmedas, no puedo formar las palabras adecuadas en mi cabeza... y me siento francamente estúpido. Además, mi cuerpo... Ni cuando tenía 15 años estaba tan cachondo... ¡Es ridículo!
Le he escrito un millón de cartas, y todas terminan en la basura.
La vi tan relajada... probablemente porque yo no estuve durante las vacaciones. Así que no tenía a nadie que se metiera con ella o se burlara de ella.
Parece que a partir de ahora ya no iré con mis amigos de vacaciones. Aunque sólo sea para que ella tenga un poco de paz y descanso, y pueda disfrutar ese tiempo lejos de mí. Todos piensan que ella no me gusta, que me cae mal, y no podían estar más equivocados.
Probablemente debería irme, mudarme a otra ciudad. Tratar de olvidarme de ella... Pero no puedo. Ella es como el aire que respiro... Joder, ahora me parezco a un maldito acosador.

Tengo que hacer algo. O me dejo de tonterías, y le digo lo que siento... O salgo de su vida para siempre. Aunque no estoy seguro de cuál de esas opciones resultará más difícil...

martes, 18 de febrero de 2014

Confesiones de un admirador secreto - Capítulo 15

- Vamos a traerlo de vuelta tan pronto como sea posible.
Ella asintió con la cabeza, algo preocupada por si algo le pudiera pasar si no estaba cerca de él, o tocándolo. Jace puso su brazo alrededor de ella con confianza.
- Estará bien. Venga, a desayunar.


El dolor era insoportable. Podía sentir las manos sobre él, tocándole, pero ninguna era de ella.
¿Dónde estaba?
¿Le había pasado algo?
¿Lo había dejado solo?
¿Todo había sido un sueño?
Aún estaba luchando por despertar, pero sin ella, si ella no estaba con él, la lucha simplemente no valía la pena.
- ¡Lo estamos perdiendo!
- ¿Cómo es esto posible? ¡Estaba estable hace un instante en la habitación!
- Rose, trae a la señorita Stewart aquí. ¡Ahora!
La señorita Stewart? ¿Sheena? ¿Estaba aquí, después de todo?


Sheena estaba feliz de ver a todos sus amigos en la sala de espera. Se había duchado y desayunado en tiempo record. Y ahora estaban a la espera de que los médicos terminaran las pruebas. Sus amigos estaban igual de preocupados por su estado, pero felices de ver que Damian estaba reaccionando a su presencia. Ella había dejado el diario dentro de un pequeño armario en el interior de la habitación de Damián, para que nadie le preguntara al respecto, aunque realmente tenía ganas de leer un poco más.
- Miss Stewart, ¿podría venir conmigo, por favor?
La cara de preocupación de la enfermera la hizo entrar en pánico, e inmediatamente la siguió.
- ¿Qué pasó? ¿Qué es lo que pasa?
Estaban corriendo por el pasillo.
- No estamos seguros. Esperamos que usted pueda ayudarnos a traerlo de vuelta.
- ¿Traerlo de vuelta?
Entraron en una habitación donde Damian se retorcía en la cama, su enorme cuerpo convulsionado incontrolablemente. Las máquinas se estaban volviendo locas a su alrededor y las enfermeras parecía que no tenían ni idea de lo que estaba sucediendo.
- ¡Damian! Damian cariño, soy yo. Estoy aquí.
En cuanto ella lo tocó las convulsiones se detuvieron y el pitido de las máquinas se detuvo, para volver a la normalidad.
Ella miró al doctor de manera acusadora.
- Ni una sola prueba sin mi presencia, ¿entendido? Ni una sola. Estaré presente en cada maldita prueba que tenga que hacerle. Si eso significa que tengo que subirme o meterme cualquier máquina de mierda para escanearlo o hacerle un TAC, que así sea. No voy a dejar su lado otra vez para que lo podáis matar!
- Sí, señora. Pido disculpas. Esto nunca ha sucedido antes. El vínculo hacia usted es extraordinario; es como... si sus vidas estuvieran unidas. Ninguna prueba se llevará a cabo sin su presencia. Se lo aseguro.
Ella asintió con la cabeza. El corazón le latía como loco: había estado tan preocupada, tan asustada cuando lo había visto. Sin palabras, la enfermera le dio una toalla húmeda y ella se encargó de secar cuidadosamente el sudor de la cara de Damian.
- Estoy aquí ahora, mi vida. Todo está bien. Estás bien.


Unas horas más tarde regresaron a la habitación después de que el médico hubiera completado unas cuantas pruebas. Jace caminaba de un lado a otro de la habitación.
- ¿Cómo está? ¿Qué cojones ha pasado?
- Él está bien señor Alessandri. Las pruebas muestran que él está fuera de la zona de peligro, siempre y cuando la señorita Stewart lo esté tocando. Nunca hemos visto nada como esto.
- Bien, ¿y qué va a pasar ahora? ¿Cuándo va a despertar?
- Eso depende de él. Recomiendo que ella se queda a su lado tanto como pueda, y es de esperar, ya que sus cuerpo se ira recuperando, que también lo hará su mente. Eso le ayudará a salir del coma. Vamos a seguir haciendo pruebas en los próximos días, para ver cómo progresa. Pero no puedo decirle nada más concreto.
- Gracias Dr. Michaels.
El médico salió de la habitación, dejando a Jace y Sheena con Damian.
- Entonces, ¿qué es lo que pasó Sheen?
- Él se asustó, eso es todo. Tiene que haber sabido, o sentido que yo no estaba allí. Deberías haberlo visto Jace, un minuto estaba temblando… y en cuanto lo toqué y comencé a hablar con él, inmediatamente se calmó. Reconoció que estaba allí.
- Joder…
- Sí, eso mismo. Incluso el médico y las enfermeras no tienen ni idea de cómo sucedió.
- Así que... ¿ahora qué?
- Ahora esperamos. Esperamos hasta que su cuerpo y su mente se den cuenta de que lo... que estoy esperando a que se despierte.
- ¿y qué pasa con tu trabajo? No puedes quedarte aquí para siempre, simplemente tocándolo. Tienes que volver el lunes, ¿no?
- Sí claro. Ni de coña. Yo no me voy de su lado. Jace, se dio cuenta de que no estaba con el después de 10 minutos, no estoy dispuesta a arriesgar el dejarlo solo durante 9 horas! Voy a pedir un permiso especial o algo y si no me lo conceden, pues al infierno con ellos. Ya encontrare otro trabajo.
- ¿Arriesgarías el perder tu trabajo por él? ¿Ese trabajo que te gusta tanto?
- Yo haría muchísimas más cosas por él, eso ya deberías de saberlo.
- Sí. Ah… estoy empezando a ver eso.
Ella asintió con la cabeza.
- Ahora vete a casa. El doctor dijo que necesita descansar. Él no puede hacer eso mientras estamos aquí charlando.
- Sí, señora.          
Él le sonrió.
- Volveré más tarde con un poco de comida, ¿vale?. Llámame si me necesitas.
- Por supuesto. Ahora vete.
Jace los dejó y ella se sentó, simplemente aguantando la mano de Damian y escuchando su respiración. Sus latidos sonaban fuertes, lo que era un alivio después de lo que había pasado antes. Se había asustado tanto…
Se levantó y le besó la mano antes de soltarla lentamente, mientras le hablo.
- Damian cielo, sólo voy a sacar algo de la taquilla. Estoy justo aquí, en esta habitación y no me voy a ninguna parte. Ves, estoy aquí contigo.
Ella siguió hablando con él mientras abría el armario y saco el diario. Volviendo a sentarse, se aferró a su mano y encontró una posición cómoda para poder seguir descubriendo más cosas sobre este hombre.


sábado, 15 de febrero de 2014

Confesiones de un admirador secreto - Capítulo 14

Sheena se limitó a esas dos últimas palabras en shock. ¿Él la quería? ¡Él la quería!
No, no podía ser...
No se lo podía creer. Miró a Damian y su cara magullada.

- ¿Por qué nunca me lo dijiste? ¿Porque me trataste de esa manera?

Con la mano libre le tocó cuidadosamente sus labios carnosos. Deseaba tanto poder besarlo, hacer que despertara con un roce de sus labios contra los suyos, como en los cuentos de hadas. Pero también quería que estuviera despierto cuando ella lo besara, poder verlo, mirarlo a los ojos y saber que sus sentimientos hacia ella eran algo real y no algo que estaba leyendo en un diario.

- Por favor, despierta Damian. Por favor. Te necesito.

Se quedó mirándole, deseando que abriera los ojos, pero por supuesto, no pasó nada. Aparte de su ritmo cardíaco cuando ella le toco el labio, Damian no mostró ninguna otra reacción a su presencia. Sheena quería hablar con el médico, preguntarle si había algo más que pudiera hacer por él. Haría lo que fuera…

Se quitó los pendientes y los dejo en su bolso. Significaban mucho más ahora que sabía lo que el sentía por ella. Pensó de nuevo en las vacaciones de Semana Santa sobre las que había escrito. Habían sido sus primeras vacaciones en grupo y Sheena realmente había tenido ganas de hacerlo, a pesar de saber que Damian vendría también. Jace le había dicho que todo iba a estar bien y Damián sería diferente, ya que estaban de vacaciones y estaría más relajado.
Sí claro.

Podía sonreír ahora, pensando en la forma en que la había tratado, y darse cuenta de lo que realmente había sentido. Jamás se lo hubiera imaginado...
Habían ido al museo nacional, sólo para pasar el día. Con cada comentario que había hecho, había recibido un comentario afilado. Si ella le gustaba un cuadro, él decía que era absolutamente horrible. Si ella mencionaba lo genial que era un artista determinado, él tenía que señalar que había sido una persona horrible.

Y así una y otra vez a lo largo del día. Jace se había ido a la cafetería con Steve, ya que no estaban realmente interesados en el arte, por lo que cuando Damian la cabreo en serio, lo había mandado a la mierda. Recordó sentirse muy avergonzada cuando lo había dicho, ya que todo el mundo lo había escuchado y los había mirado.

No se había podido contener. Él la había estado pinchando por cualquier cosa, hasta que reventó.

Había salido corriendo para encontrar Jace, que se había quedado a su lado el resto de las vacaciones. Él había tratado excusar a su hermano, pero él no sabía lo que Damian sentía por ella, por aquel entonces, ¿o sí? Se mordió el labio, preguntándose si Jace sabía lo que sentía su hermano por ella.
¿Damian se lo había llegado a decir?

¿Habría leído el diario antes de dárselo a ella?
Él era su mejor amigo... Seguramente, si lo hubiese sabido... se lo habría dicho... ¿no?
A pesar de que ella nunca le había dicho a Jace lo que sentía por Damian... él sólo se había enterado la otra noche, después de ese estúpido juego.
Ella bostezó, exhausta. Quería leer un poco más, pero mañana seria otro día. Besó a Damian suavemente y sin soltar la mano o el diario, ella finalmente se quedó dormida.

Damian todavía podía sentir sus dedos en sus labios, y poco después sus suaves labios rozaron los suyos. No dejaba de pensar en esas preguntas extrañas que ella le había hecho "¿Por qué nunca me lo dijiste? ¿Porque me trataste de esa manera?'. 
Suponía que iban dirigidas a él, ya que no podía oír a nadie más en la habitación. Creyó haber oído a Jace antes pero había estado demasiado adormilado para entender nada de la conversación. Su respiración suave le dijo que Sheena se había quedado dormida. Estaba asombrado de notar que incluso  así, no le soltaba la mano. Sabiendo que ella estaba a salvo y sintiéndose extremadamente cansado, dejó que la oscuridad lo envolviera otra vez, con la esperanza de que pronto despertaría de este estado comatoso, que lo tenia atrapado.

- ¿Sheena? Sheena, cariño , despierta.
- ¿Damian?
- No, soy yo. Jace.

Sheena abrió los ojos y parpadeó, mirando a su alrededor. Damian todavía estaba acostado en la misma posición que la noche anterior y su mano estaba firmemente apretada en la suya.

- Buenos días Jace.
- Buenos días cariño. Tienes que soltarlo, tienen que llevárselo.
- ¿Llevárselo dónde?
- Ellos quieren hacerle algunas pruebas. Pruebas no pueden hacer contigo pegada a él.
- Pero se pondrá peor.
- Cuidaremos perfectamente bien de él, señorita Stewart.

El médico había entrado con una enfermera que ahora estaba comprobando la temperatura de Damian. Ella no quería soltarlo, pero tenía que confiar en ellos, después de todo, eran médicos.

- De acuerdo.
- Usted puede soltar su mano. Estará bien.

Miró a Damian y frunció el ceño, ella realmente no quería soltarlo. Poco a poco se le soltó la mano y de inmediato las máquinas reaccionaron ante la pérdida de contacto. El médico lo miró confundido, como si no pudiera entender por qué el cuerpo de Damian reaccionaba de esa manera.

miércoles, 12 de febrero de 2014

Confesiones de un admirador secreto - Capítulo 13

La había deseado. Todavía no podía creerlo. ¡Se ponía duro pensando en ella! Ella se había dado cuenta de que había empezado a endurecerse la otra mañana, cuando él la pillo mirándole, pero jamás se habría imaginado que podría haber sido por ella.
- Oh Damian.... Todavía tengo ese vestido blanco ¿sabes? Incluida la mancha. Nunca me atreví a tirarlo.
Miró por la ventana, estaba empezando a oscurecer y ella realmente necesitaba un cambio de ropa ya que aún llevaba su vestido de verano, y ya que estaba realmente necesitaba ir al baño. Sin embargo tenía miedo de dejar a Damian solo. Esperaba que Jace regresara pronto, para que pudiera quedarse con Damian mientras ella rápidamente se duchaba y se cambiaba. Pero hasta que llegara, ella se quedaría con Damián.
Leyó la última página de nuevo, había escrito que no podía sacarla de su cabeza. Que la había deseado desde el principio. ¡A ella!
Jamás lo había sabido, nunca lo hubiera adivinado...
También había escrito que no había estado con nadie desde antes de conocerla. En aquel entonces se habían conocido durante solo seis semanas.
Ella no pudo evitar sentir una punzada de celos al pensar en él con otra. Una parte egoísta de ella esperaba que él no hubiera estado con nadie en el último año y medio, pero lo dudaba mucho.
- Oye nena, ¿cómo lo llevas?
- ¡Jace! Hey, estoy bien. Sorprendida, pero bien.
- Es intenso lo que lees ¿eh?
Jace puso una bolsa con comida delante de ella y le sonrió, agradecido de que él siempre pensaba en ella.
- Sí, nunca supe... Ni siquiera puedo... Escucha, tengo que cambiarme, pero no quiero dejarlo solo. ¿Te quedarás con él un minuto?
- Claro. Pero ehm... háblale. Hazle saber a dónde vas. Y se rápida. Sólo por si acaso.
En cuanto ella soltó su mano, pudieron oír los latidos su corazón ralentizarse, así que le dio un beso en el lugar menos magullado que pudo encontrar.
Sus labios.
- Enseguida vuelvo, ¿me oyes? 2 minutos es todo lo que necesito. Estaré de vuelta ahora mismo.
Ella corrió hacia el cuarto de baño con una muda de ropa y se duchó y se vistió en tiempo record, dándose prisa para volver a su lado rápidamente. Le sostuvo la mano con cuidado y tan pronto como lo hizo, las máquinas indicaron la normalización de los latidos de su corazón.
- Eso es absolutamente increíble.
Jace estaba realmente impresionado por lo que veía y oia.
- Es como si él no se pudiera curar a menos que tú lo estés tocando.
Sheena sonrió esperanzada.
- Pues eso significa que va a salir de esta porque yo no me voy de su lado. Nunca.
- Ya lo veo.
Jace sonrió.
- Iba a decirte que fueras a casa y descansaras un poco, pero...
- Ni de coña.
- Sí, eso es lo que yo pensaba. ¿Pero dónde vas a dormir?
- Aquí mismo. Estaré bien.
- ¿Está segura? Esa silla no parece muy cómoda.
- Estoy segura. Mientras que pueda tocar su mano, estoy todo lo cómoda que tengo que estar.
- De acuerdo. En ese caso, volveré por la mañana. Llámame si algo cambia, ¿sí?
- Por supuesto.
Jace le dio un beso en la mejilla y cuando salió, Sheena recogió los papeles para seguir leyendo.

Semana Santa 2011

Hemos ido de vacaciones juntos, todo el grupo. Dave y Teresa, Steve, Jace, las gemelas, Sheena y yo. No he estado escribiendo ya que dejé el diario en casa. Ya que estábamos todos compartiendo una casa, no quería correr el riesgo de que nadie lo viera. Los chicos probablemente pensarían que soy gay y nunca me dejarían en paz con sus bromas...

No es que tenga mucho sobre lo que escribir de todos modos. Sheena ha estado evitándome como la peste, y aunque tuviera la oportunidad de acercarme a ella… Mi boca grande sólo empeoraría las cosas de nuevo. Es como si a su alrededor, mi boca tuviera una mente propia. La de un crio de 10 años. Hablo antes de tener la oportunidad de pensar en lo que quiero decirle, y todo lo que digo, sale de manera retorcida, así que todo sale mal! La moleste porque me burlé de su opinión sobre algunos cuadros en el museo que visitamos. No sólo una vez, no. Tuve que meterme con ella tres veces nada menos para conseguir que ella hablara conmigo. "Vete a la mierda¨-dijo, antes de irse en busca de Jace. Por supuesto este se puso a la defensiva y tuvo que protegerla de mí. Él no ha hablado conmigo en toda la semana y casi no la he visto desde entonces. Se fueron e hicieron cosas juntos, solos ellos dos, obviamente evitándome. Voy a tener que tener una conversación seria con él, y si ellos realmente no están juntos y en realidad son sólo amigos, tal vez es hora de confesar lo que siento por ella. Tal vez es el momento de decirle a Jace, que la quiero.

domingo, 9 de febrero de 2014

Confesiones de un admirador secreto - Capítulo 12

Jace entró con el médico,  que confirmó después de unas pruebas que la presencia de Sheena era realmente buena para Damian. Se le permitió quedarse con él todo el tiempo, siempre y cuando ella lo tocara, lo que parecía ser la clave de la mejoría de Damián.
Como era la hora del almuerzo, Jace decidió dejarlos.
- Si necesitas algo...
- Estoy bien Jace. Vete. Come algo. Te veré después.
Jace asintió, le dio un beso en la cabeza y la dejó para que pudiera leer un poco más.

01 de enero 2011

La volví a ver. Mi hermosa Sheena. Y de nuevo me he comportado como un maldito idiota. ¡Esto nunca me ha sucedido antes! ¿Por qué ahora, por qué con ella? Me pongo nervioso, no sé qué decir, soy grosero, sin querer serlo... Anoche prácticamente la llamé puta. ¡No puedo creerlo! Quería decirle lo hermosa que estaba y en cambio le hice un comentario sobre lo corto que era su vestido y Dios sabe qué otras cosas estúpidas. Ella parecía muy ofendida y en vez de disculparme, lo hice peor. ¿Qué diablos me pasa? A la medianoche, ella besó  a todos en la mejilla - a todos menos a mí. Dio más vueltas que un pato mareado solo para no tener que acercarse a mí. Soy un idiota. Jace sólo me miró como si yo fuera estúpido. Lo cual es muy probable. He sufrido daño cerebral o algo así, sin enterarme.
Nunca he tenido un problema con las mujeres. Siempre he podido conseguir a quien fuera, cuando fuera. Siempre he sabido exactamente qué decir y cuándo decirlo. ¿Con esta chica? ¡No puedo hacer o decir nada bien! Nunca voy a conquistarla si sigo así. ¡Lo peor es que ni siquiera sé si voy a verla de nuevo!
¿Qué demonios se supone que debo hacer ahora?

¿Mi Sheena?
¿La había considerado suya, tan pronto?
¿Había pensado que ella era una preciosidad?
Esa noche, esperando que no hubiera bebido, ella se le había acercado. Había querido olvidarse de la fiesta de Navidad y empezar de nuevo.

- Hola Damian.
- Anda mira, si aquí tenemos a Sheena en uno de sus pequeños conjuntos de trabajo.
- ¿Estás borracho o algo así?
- No, este soy yo, nena. Completamente sobrio.
- Tal vez deberías emborracharte entonces, ya que podría mejorar un poco tu personalidad.
- Ah no, encanto, no importa lo mucho que beba, en mis ojos aun parecerías una cualquiera.
Ella había querido darle una bofetada con todas sus ganas esa noche.
- ¿Estás loco?
Jace había interferido y la había alejado de Damian. Se había sentido tan herida, que sólo quería ir a casa y sentir lastima por sí misma. Jace no la había dejado. Él se había disculpado por el comportamiento de su hermano y pasó el resto de la noche pegado a ella.
Ella suspiró.
- Oh Damian... ¿qué diablos pasó ¿eh ? Si tanto te gustaba, por qué te comportabas así… Realmente tenemos que hablar de esto ¿sabes? ¡Así que despierta ya!
Ella le apretó suavemente la mano, tratando de no hacerle daño. Tal vez si ella lo tocaba lo suficiente, él finalmente despertaría. Hasta entonces, se mantendría ocupada. Aun le quedaba bastante lectura.

14 de febrero 2011
No la he visto en más de un mes... seis semanas para ser más exacto. Y todavía no puedo sacarla de mi cabeza. Su hermosa sonrisa me persigue en sueños y me despierto tan duro que no puedo ni pensar. No me he acostado con nadie desde hace meses. No puedo, si lo único en lo que puedo pensar, lo único que deseo, es estar con ella.
Las gemelas van a celebrar una fiesta de San Valentín esta noche. Me han invitado a pesar de que no voy a traer una pareja. Podría llevar a alguien, pero ninguna de las mujeres que conozco, me interesan ya.
Jace por supuesto que va. El muy hijodeputa. ¿Y con quién? Realmente estoy empezando a pensar que hay algo más entre ellos, pero él lo sigue negando. Creo que está empezando a sospechar lo que yo siento por esta chica. Pero, por supuesto, él se confunde cuando ve cómo hablo con ella y como me comporto cuando ella está cerca. Realmente tengo que dejar de hacer el tonto y ponerme las pilas...

Acabo de regresar de la fiesta y metí la pata, otra vez. Ni siquiera quiero escribir sobre ello. Derramé vino rojo sobre su vestido blanco. Y me largue enfurecido sin tan siquiera disculparme. ¡Probablemente piensa que lo hice a propósito! No dejo de hacer empeorar las cosas para mí mismo.

*-*-*-*-*

- Realmente tenemos que hablar de esto ¿sabes? ¡Así que despierta ya!
Damian oyó la voz más dulce. ¡Ella todavía estaba aquí! No estaba seguro de con quién estaba hablando o de lo que estaba hablando, pero ella estaba allí, y eso era lo único que importaba.
No oyó nada más después de ese arrebato, pero sintió como le apretó la mano. Le dolió como el infierno, pero sabía que ella estaba tratando de ser cuidadosa y después de todo, ella lo estaba tocando, por lo que no le importaba demasiado el dolor. Quería despertar, abrazarla y dar gracias a Dios de que estaba bien, antes de decirle lo que sentía, pero se sentía tan débil.
No podía obligarse a abrir los ojos, por lo que tuvo que contentarse simplemente imaginando sus grandes ojos azules, su sonrisa radiante... y ser feliz de que lo estuviera tocando. Se sentía tan tranquilo, con ella a su lado y sintiendo su tacto.
- Oh Damian.... aún tengo ese vestido blanco ¿sabes? Incluida la mancha.
¿Estaba hablando con él?
¿Qué vestido blanco?
¿De qué estaba hablando?
¿Qué mancha? Su mente se esforzó causándole un dolor de cabeza inmenso, mientras trataba de pensar.
¡Ella estaba hablando de la fiesta del día de San Valentín! En la que había derramado el vino tinto sobre ella. ¿Por qué demonios estaba hablando de eso?

Trato de hacer que su cuerpo despertara. A pesar del dolor, a pesar de su debilidad, y a pesar de la confusión que nublaba su mente. Pero su cuerpo no estaba cooperando. Estupefacto, Damian se dio cuenta que no podía despertar a voluntad, no podía moverse ni hacer nada. Estaba atrapado dentro de su propio cuerpo.

domingo, 2 de febrero de 2014

Confesiones de un admirador secreto - Capítulo 11

El dolor era insoportable, pero sabía que tenía que levantarse. Tenía que encontrarla y... algo húmedo cayó sobre su mano y de repente sintió como ella le tocaba. A través de su mente adormilada y el dolor, sentía su tacto en la mano. Sabía que era ella porque había hecho desaparecer el dolor e hizo latir su corazón más rápido. Al menos sabía que su Sheena estaba a salvo ahora. Dondequiera que estuvieran, ella estaba con él. Ella estaba a su lado. Ahora podía descansar, sabiendo que ella estaba bien. Sabía que Jace se haría cargo de ella ahora. Jace la cuidaría. No iba a estar solo, y podía estar tranquilo.

*-*-*-*-*-*-*

- El médico debería estar aquí pronto, hasta entonces dice que puedes quedarte con él. Les he dicho que eres su novia, ya que sólo la familia se supone puede entrar a verlo.
Jace le guiñó un ojo.
- Hey, deberías de tener esto.
Le entregó un fajo de páginas escritas. Como una especie de… ¿diario?
- Quedo un poco estropeado con el accidente, pero algunas páginas se salvaron. Los eh... puse en orden cronológico para que pudieras leerlo.
- ¿Qué es?
- El diario de Damian.
- ¿Su qué?
- Diario.
- No puedo leer esto. ¡Es privado!
- Confía en mí. Deberías leerlo. Estoy seguro de que no le importara.
Ella lo miró escéptica.
- Espero que tenga sentido con todas las páginas que faltan, pero estoy seguro de que captaras la mayoría de sus… pensamientos.
Sheena miró a Damián y le apretó la mano con suavidad.
- No lo sé... no puedo vulnerar su intimidad.
La verdad era que tenía mucha curiosidad por ver si su nombre se mencionaba en absoluto, pero de alguna manera lo dudaba. Se sentía muy mal por la invasión de su vida privada, pero ya que él había descubierto su mayor secreto, ella suponía que era lo justo. Sheena tomó los papeles de Jace. Como su madre siempre decía… era más fácil pedir perdón que pedir permiso...
Jace se marcho en silencio, dejándola sola con Damian. Acaricio su mano y se puso a leer…


26 de Diciembre 2010

Anoche conocí a la mujer más hermosa que he visto nunca. Ella es amiga de Jace y su nombre es Sheena. Sus hermosos ojos azules me cautivaron y me puse tan nervioso que me comporte como un autentico imbécil. Fui grosero e insensible cuando debería haber intentado seducirla. Jace me a dicho que son sólo amigos y que ella está soltera así que... Tengo que disculparme de alguna manera. Debo pedirle a Jace su dirección y enviarle flores. Podría pedirle una cita y arreglar las cosas con ella, pedirle perdón por las cosas que dije. Si ella me deja. Dios, no puedo sacarla de mi mente. Su pelo largo y oscuro, ojos almendrados, sus carnosos labios sensuales. Y ese cuerpo perfecto, curvas en todos los lugares correctos... ¿Por qué ... ¿Cómo puede ser que esta mujer todavía está soltera? Todos los tios a su alrededor están ciegos ¿o son simplemente estúpidos?
Por primera vez en mi vida he sentido más que una mera atracción. Por primera vez he pensado... Ella podría ser… Mía.
Nunca he creído en el amor a primera vista, pero después de anoche, estoy reconsiderando seriamente esta creencia. Dave y Teresa van a organizar una fiesta de Año Nuevo. Creo que ella va a estar ahí. No puedo esperar para volver a verla.


¡Oh dios mío! Sheena miro a Damian.
- Nunca me enviaste esas flores.
Se seco una lágrima con la mano libre. Leer algo como esto después de tanto tiempo, después de todo lo que había pasado entre ellos... ¡Si ella había pensado que él la odiaba! Recordaba aquella noche con claridad. Jace había sido su amigo sólo durante unas pocas semanas, pero se habían llevado bien desde el principio, como si fueran hermanos. Él había querido que ella conociera a su hermano, por lo que ella había aceptado a regañadientes ir a su fiesta de Navidad con los amigos. Su corazón se había detenido al instante al ver a Damian. Alto, moreno y atractivo, mientras caminaba por ahí como si fuera el dueño del mundo. Ella había estado tan contenta de haberse puesto pequeño vestido negro. Ella sabía que le quedaba de muerte y sintiendo un cosquilleo en el estomago, esperaba que él pensara lo mismo. En cuanto Jace los hubo presentado, los había dejado solos.
- ¿Estás follandote a mi hermano?
- ¿Perdón?
- Es una pregunta simple. ¿Lo estás follando? Porque tienes pinta de que si.

Había permanecido ahí, de pie, bebiendo su bebida como si estuvieran hablando del tiempo y ella lo había dejado, muy ofendida para unirse a las niñas para bailar. Siempre había pensado que había estado borracho, porque nadie podría ser tan grosero a propósito. A día de hoy no estaba segura de donde habían venido esas preguntas.