domingo, 29 de septiembre de 2013

Mucho mas que amigos - Capítulo 19

- Date la vuelta y túmbate en la cama con los brazos hacia arriba. Apóyalos en el cabecero de la cama.

De nuevo Sandra obedeció. Con las esposas Carlos se aseguró de que ella no moviera los brazos, y se colocó al pie de la cama.

- Abre las piernas, quiero ver lo mojada que estas.

Mientras ella obedecía, él fue desvistiéndose y cuando se quitó el pantalón, la vista de ella fue directa a su entrepierna, a su durísima erección. Sandra se lamió los labios y Carlos le quiso decir que no se preocupara, que pronto lo tendría en su boca, pero ahora mismo, el que tenía que tenerla en su boca, era él.
Se inclinó sobre la cama, acariciándole las piernas. Sandra estaba completamente depilada y le encantaba. Estaba deseando probar esa suavidad contra su lengua.

Sandra arqueo la espalda al notar la suave lengua de Carlos recoriendola tan íntimamente.

- Joder nena, me encanta tu sabor.

Le beso la ingle, haciéndola temblar.

- Pero ahora mismo, necesito estar dentro de ti.
- ¡Dios sí!

Carlos subió por su cuerpo, mordisqueando su piel. Podía notar su dureza rozándole y jamás se hubiera imaginado que su amigo la tuviera tan grande.
Carlos se detuvo un momento para mirarle las muñecas.

- ¿Te duele?
- No.
-Bien. Me gusta tenerte así… completamente a mi merced,

La beso con ternura en los labios y Sandra se derritió por dentro. Como no se había dado cuenta antes de que este era el hombre a quien quería?
El beso se hizo más intenso y Sandra elevo las caderas, necesitando sentir a Carlos más cerca. Él se separó un poco de ella y mirándola a los ojos, se clavó en ella de una estacada, llenándola hasta el fondo.
Sandra jadeo. Carlos era muy grande y hacia bastante tiempo desde su última vez… Cerró los ojos, eren demasiadas sensaciones a la vez.

- Abre los ojos Sandra. Quiero que estés segura de que sabes quién te está follando.


viernes, 27 de septiembre de 2013

Mucho mas que amigos - Capítulo 18

- Súbete a la cama y ponte de rodillas.

Sandra lo desafiaba y lo volvía loca, pero nunca había estado tan duro. Podía oler lo excitada que estaba ella y se moría de ganas de hundirse en ella por fin. La deseaba con todo su ser, esto era mucho mejor que una fantasía.

Ver el cajón lleno de juguetes sexuales le había sorprendido. Jamás se hubiera imaginado que Sandra tenía un lado tan juguetón y pervertido, pero le preocupaba ese enamoramiento que tenía con su hermano.

Basta. Esta noche es tuya, ella misma lo ha dicho. Sabe que no eres Rafa.

Sandra se había subido a la cama y estaba de rodillas pero erguida.

- Sandra, de rodillas a cuatro patas. Ahora.

Ella obedeció de inmediato. Y el verla así, para él, era demasiado. No podía esperar mucho más. Se acercó a ella, acariciando ese trasero perfecto.

El primer azote fue inesperado. La había estado acariciando y de buenas a primeras, su cachete ardía! Sin embargo, no era para nada una sensación desagradable ya que no le había dado con demasiada fuerza. Los siguientes azotes la hicieron jadear y soltó un gemido cuando Carlos la penetro con dos dedos.

- Joder, estas empapada cariño. ¿Te gusta esto, mi pequeña traviesa?

Sandra asintió. No se atrevía  a hablar porque le rogaría que se la metiera ya de una vez. Lo necesitaba dentro.

- Mira ese culito tan sonrojado. Estas preciosa Sandra.


Sandra se retorció debajo de él y lo escucho de reírse…  Maldito capullo…

miércoles, 25 de septiembre de 2013

Mucho mas que amigos - Capítulo 17

Sandra vio la cara de sorpresa de Carlos al ver el contenido de su cajón. Había un poco de todo, esposas, vibradores, bolas chinas, preservativos de sabores… Tenía un lado muy sexual y ya que no tenía pareja pues se buscaba la vida para jugar… Le encantaban los juguetitos.
Había sospechado que Carlos tenía un lado dominante, y ahora estaba segura. Por eso se alegraba de haber comprado las esposas y otras cosas que sola jamás podría usar.

- ¿Qué significa esto Sandra?

El tono de su voz era firme y autoritario y la estaba excitando más por momentos. Bajo la mirada como haría una buena sumisa. Había leído muchos libros sobre el tema al intuir ese lado de Carlos, y había querido aprender. Siempre pensó que era mera curiosidad, ahora sabía que era algo más.

- Sandra. Mírame, y responde a la pregunta.

Levanto la vista y vio que Carlos la miraba hambriento. Podía ver su erección apretando la tela de sus pantalones y se volvió a morder el labio.

- Sandra, más te vale que me respondas ahora mismo, si no quieres que azote ese precioso culo tuyo.

Sandra apretó las piernas con fuerza, jamás había estado tan mojada.

- Me gustan los juguetes.
- Eso ya lo veo, pero, ¿y esto?

Saco las esposas.

- ¿Con quién las usas?
- ¡Con nadie! Las compre por si acaso…
- ¿Por si acaso, que?
- ¡Ay no lo sé!
- ¿Pensabas usarlas con Rafa?
- ¡No!
- Porque te diré que por muy sexual que parece, mi hermano es más del polvo vainilla. Así que igual deberías pensártelo mejor y…
- Carlos.

El la miro, arqueando una ceja.

- Cállate y fóllame.

Una sonrisa lenta y sensual se formó en su rostro.

- Creo que te he dejado claro, que el que mandaba aquí, era yo.
- Pues no me hagas esperar.

Carlos chasqueo la lengua mostrando su desaprobación.


- Creo que te has ganado esos azotes, pequeña.

lunes, 23 de septiembre de 2013

Mucho mas que amigos - Capítulo 16

Carlos gruño y la volvió a besar.

- Dios, te deseo tanto! Necesito algo… algo para atarte las manos.

Miro alrededor pera ver si podía usar algo, pero Sandra le sonreía con travesura.

- Mira en el primer cajón de mi peinadora.

La miro, preguntándose qué podía tener Sandra ahí. La soltó para ir a mirar, el movimiento incomodo ya que el pantalón le apretaba. Mucho.

- No te muevas.

Se acercó al mueble y vio que el cajón tenía una cerradura. ¿Cómo no se había fijado nunca?

- ¿Donde…?

Sandra seguía con esa sonrisa traviesa y la mirada de Carlos se posó sobre el colgante que nunca se quitaba. Se acercó de nuevo a ella para coger la llave que llevaba al cuello.

- ¿Que secretos escondes nena?

Sandra levanto los hombros mientras se mordía el labio inferior. Carlos no podía resistirse a ella, necesitaba saborearla un poco más.
Metió la mano en su pelo, inclinándola hacia atrás de nuevo.

- Me estas volviendo loco peque.

Esto era lo que él siempre había querido. Sandra desnuda y toda suya. Una autentica fantasía hecha realidad. Se separó de ella con dificultad, respirando agitadamente. Levanto la llave delante de ella.


- Veamos que escondes.

jueves, 19 de septiembre de 2013

Mucho mas que amigos - Capítulo 15

Los labios de Carlos sobre los suyos eran perfectos. Jamás hubiera pensado que un beso pudiera ser así, tan intenso. Tan enloquecedor,
¿Cómo no se había dado cuenta antes de la sexualidad que emanaba Carlos por cada poro de su piel? No se parecía en nada a Rafa. Era mil veces mejor.
Sintió como sus labios bajaban por su mandíbula hacia su cuello, besando su piel sensible. A Sandra le costaba respirar, pero le encantaba la sensación.

- Dios peque, no puedo… esto…
- Carlos.

Al decir su nombre, él se calmó y sus brazos la rodearon.

- Te necesito Sandra. Necesito estar dentro de ti.

Eso la sorprendió, jamás hubiera pensado que Carlos quería algo más en su relación.

- Tengo que estar seguro de que estás conmigo. De que sabes con quien estas. Yo no soy Rafa, yo…

Sandra se separó un poco de él y encendió una pequeña lamparita. Volviendo a sus brazos, lo miro a los ojos y lo beso.

- Se perfectamente con quien estoy y con quien quiero estar, Carlos. Y yo también te necesito dentro de mí.

Carlos no pudo contener el gruñido que se formó en su garganta. Por fin Sandra seria suya. Y ella sabía que estaba con él, y no con su hermano.
La cogió en brazos, haciendo que entrelazara los brazos alrededor de su cuello y sus piernas alrededor de sus caderas.

Sandra jadeo al notar su erección rozándola mientras subían las escaleras. La fricción hacia maravillas con su cuerpo, pero llegaron al dormitorio demasiado pronto. Carlos la soltó en el suelo y comenzó a desvestirla. La luz de la luna entraba por la ventana, haciendo que se pudieran ver perfectamente. Y por muy extraño que pareciera, no sentía nada de vergüenza.
Con Carlos todo era tan natural que se preguntó porque esto no había surgido antes entre ellos.
Por tu obsesión con Rafa, tonta.
Levanto las manos, quería tocarlo mientras lo besaba, pero el agarro sus muñecas y las agarro por detrás de su espalda, haciendo que sus pechos se elevaran. Carlos aprovecho y sin dejar de mirarla chupo un pezón con fuerza, haciendo que Sandra jadeara.

- Carlos, desvístete. Quiero verte.

Carlos enterró su mano libre en la espesa melena de Sandra, y con un movimiento firme tiro de ella, inclinando su cabeza hacia atrás. Sandra gimió, lo miro y se lamió los labios. Siempre había sospechado que Carlos tenía un lado salvaje, un lado oculto. Pero ¿quién le hubiera dicho que eso la excitaría?

- Sandra pequeña… hay algo que deberías saber sobre mí. Yo…

Parecía que no sabía cómo decírselo y la miro casi pidiendo disculpas.

- En el dormitorio, el que manda, soy yo. Yo… necesito tener el control… yo...
- ¿Carlos?
- Que.
- Eres dominante.

No era una pregunta.

- Sí.

- Pues… domíname.

miércoles, 18 de septiembre de 2013

Mucho mas que amigos - Capítulo 14

El enigmático mensaje de Sandra lo hizo salir de casa corriendo, para acudir a su lado. Te necesito.
Dos palabras.
No sabía que le habría hecho su hermano, pero sentía ganas de buscarlo para patearle el culo. Por si acaso. Llego a la casa de Sandra 15 minutos después, frunciendo el ceño al ver que no había ni una luz encendida… ¿igual Sandra se había equivocado al mandarle el mensaje? Pero no, Sandra lo necesitaba, podía sentirlo. En vez de llamar, uso su llave, y al entrar escucho los sollozos suaves que provenían del salón.

- ¿Pequeña? Soy yo.

Se quedó en la entrada, y escucho como Sandra se acercaba y se tiraba a sus brazos.

- Shh, ya está cielo, ya estoy aquí. ¿Qué ha pasado?
- Me… ha… dado… plantón…

La apretó más fuerte contra él. No soportaba su dolor. En cuanto encontrara a su hermano, lo mataba.

- Mi hermano es idiota.

Eso arranco una sonrisa a Sandra, que se separó de él para mirarle a los ojos. Incluso en la oscuridad, podía ver el brillo de sus lágrimas, y ver como se lamia los labios. Oh dios, no podría resistirse a ella. Esta noche no. Pero no podía aprovecharse de ella, estaba sufriendo y…


Sandra vio la ternura en su mirada, y no se lo pensó. Lo beso. Un beso suave, tímido, pero estremecedor. Gimió mientras abría la boca para saborearlo entero. Carlos se había tensado pero eso no la detuvo. Lo necesitaba. Lo necesitaba de una manera primitiva y salvaje, mujer contra hombre, amándose locamente. Atrás quedaba el plantón que le había dado Rafa, él ya no existía, solo existía Carlos. El único hombre que siempre estaba ahí, el único que la entendía, que la escuchaba, que la trataba como una diosa incluso cuando tenía un día tonto. Fue como si se le abrieran los ojos por primera vez en mucho tiempo. Ella no quería a Rafa. Quería a Carlos. Lo quería como algo más que un amigo, y ya era hora de que se lo demostrara. Sin dejar de besarle, comenzó a intentar quitarle la ropa.


Carlos no sabía que pensar, pero no podía soltarla tampoco.

- Sandra cielo, estate quieta.
- No.
- Sandra. Yo no soy Rafa.

Eso la detuvo.

- Claro que no lo eres. Eres Carlos. Mi Carlos. Ahora… cállate.


Sus suaves labios lo asaltaron otra vez, y Carlos tomo el control. Si ella sabía quién era y aun así lo besaba de esa manera… quizás… solo quizás, por fin sus sueños se harían realidad. Ahora tendría que mostrarle que el Carlos que ella conocía, tenía un lado oscuro. Le iba a mostrar el lado dominante siempre había tenido que esconder de ella. Sonrió para sí cuando ella tiro de su ropa, impaciente. Si, le mostraría a su peque, quien mandaba en la cama, y haría que disfrutara mientras se lo mostraba. 

lunes, 16 de septiembre de 2013

Mucho mas que amigos - Capítulo 13

Sandra pasaba de él. Toda la semana había pasado de él, y le dolía. Hacia su trabajo, y hablaba con él lo mínimo. Cuando él la llamaba después del trabajo, o no le respondía o le respondía cortante. Estaba deseando ir a su casa esta noche. Ya era viernes, seguro que ya se le había pasado el cabreo. O por lo menos lo podrían hablar. Le mando el mensaje diciéndole que la recogería a las 8, y el mensaje que recibió como respuesta lo mato.
No te molestes. Tengo planes. Nos vemos el lunes en el trabajo.
¿Qué planes podría tener? Nunca habían cancelado sus citas de los viernes, ni cuando estaban enfermos, ni cuando tenían pareja. Nunca. Salió en su busca pero su hermano entro antes de que pudiera hacerlo.

- Hola hermanito.
- ¿Qué quieres Rafa? Tengo que buscar a Sandra.
- La he mandado a casa.
- ¿Qué? ¿Porque?
- Porque esta noche vamos a salir y se tiene que poner guapa.
- Muy gracioso.
- Lo digo en serio. Pero no te preocupes, solo va a ser algo físico. Sus palabras, no las mías.

Carlos jamás había tenido tantas ganas de darle un puñetazo a su hermano que en estos momentos. Sandra lo había dejado tirado por su hermano. No se lo podía creer… después de tantos años, y su amistad terminaba así. Por el capullo de su hermano.


Sandra estaba nerviosa por su cita con Rafa. Hoy saldrían juntos y si se fiaba de sus palabras igual terminaban juntos en la cama. Se sentía culpable por Carlos, pero él mismo se lo había buscado, así que intento no pensar en él.
Habían quedado a las 9 y eran y cuarto, ella ya estaba lista, y estaba esperando que Rafa la recogiera en cualquier momento. Sonrió al pensar en lo diferentes que eran los hermanos, uno siempre puntual, y el otro nunca. Lo esperaría un rato más antes de llamarle. Esperaba que no le hubiera pasado nada. A las 9 y media Sandra comenzó a desesperarse, ¿qué podía haber pasado? A las 10 no espero más y decidió llamar. Una mujer cogió el teléfono.

- ¿Diga?
- Si… ¿eh esta Rafael?
- Rafael cariño es para ti.
- Sí. ¿Quién es?

En el fondo se escuchaban los inconfundibles sonidos de besos y gemidos.

- Soy Sandra.
- ¿Que Sandra?
- La asistenta de tu hermano. La chica con la que habías quedado hoy.
- Ay, pues lo siento preciosa, es que me pillas ocupado. No voy a poder quedar. Nos vemos en la oficina vale. ¡Ciao preciosa!

Sandra se quedó con el teléfono pegado al oído después de que Rafa le hubiese colgado. Unos minutos después, se derrumbó.


Rafael colgó el teléfono satisfecho, y le dio un beso a la amiga que lo había ayudado.

- Gracias nena.


Sonrió. Ahora Sandra llamaría a su hermano, y por fin se juntarían. O eso esperaba. Siempre había sabido quien era Sandra y siempre había sabido que los dos estaban hechos el uno para el otro. Su hermano era demasiado prudente como para decirle a ella lo que sentía, y ella estaba demasiado ciega como para ver lo que tenía delante. Esta noche en los que debían haber quedado, ella lo llamaría rota de dolor, y su hermano como el caballero andante que era, correría a su lado para consolarla. Y mañana los dos, lo odiarían a él. Pero mientras su hermano fuera feliz con su chica, eso le daba igual. 

domingo, 15 de septiembre de 2013

Mucho mas que amigos - Capítulo 12

Esa noche fue distinta a las demás. Si, estaban juntos, hablaban, pero algo pasaba. No estaban tan cómodos como siempre y Sandra no pudo evitar preguntarse si era por que trabajaban juntos o porque estaba tan confusa que no sabía ni que pensar.

- ¿Estas bien Sandra?
- ¿Eh? Sí, sí. Solo estoy cansada, es todo.
- Pues me voy.
- No, quédate. Si no ha terminado la peli.
- No importa, ya la veremos otro día. Tienes que descansar. El lunes ya no estas con Laura, y te vas a dar cuenta de lo exigente que soy.

Le guiño un ojo y le dio un beso en la frente.

- Te veo el lunes pequeña.

*-*-*-*-* 

El lunes Carlos llego temprano a la oficina. Había quedado con Rafa, quería hablar con él sobre Sandra. Lo había visto flirtear con ella la semana anterior, y no pensaba tolerarlo más, y no solo porque estaban en el trabajo. Entro en su despacho y Rafa ya estaba dentro esperándole.

- Cuéntame hermanito. ¿Qué mosca te ha picado para que me hayas tenido que sacar de la cama a estas horas?
- Quiero que dejes de tontear con Sandra.
- ¿Por qué? Si no he hecho nada. Ni pienso hacerlo.
- Le estas dando falsas esperanzas, y no quiero que se haga ilusiones con algo que jamás podrá tener.
- ¿De que estas hablando?
- Ella está enamorada de ti. O eso cree. Así que aléjate de ella.
- Yo…


- ¿Cómo has podido?

Sandra no se lo podía creer. Había querido empezar temprano, llegar antes que Carlos para sorprenderle, y al ver la puerta medio abierta se acercó, solo para escuchar como su mejor amigo se mofaba de sus sentimientos. Sentía las lágrimas en los ojos, y quería huir, pero no sabía a dónde. Se sentía humillada, traicionada. Y lo peor era la expresión de lastima en la cara de Rafael. Se dio la vuelta y bajó por las escaleras, no tenía tiempo para esperar el ascensor.


- ¡Sandra! ¡Sandra! ¡Mierda!

Carlos se sentía fatal. Jamás hubiera pensado que Sandra estaría en la oficina a esta hora, y su cara de dolor, de humillación, le perseguiría para siempre.

- Espera hermanito, voy yo.
- Rafa…
- Créeme, no va a querer verte ahora mismo. Déjame hablar con ella, convencerla de que lo hacías por su bien.
- Está bien. Ve.


Rafa la encontró sentada en medio de las escaleras, varias plantas más abajo. No estaba llorando, pero le faltaba poco.

- Hola preciosa.
- Déjame en paz.

Tuvo el descaro de reírse. Empezó a levantarse pero él la agarro para que se volviera a sentar.

- ¿Es cierto lo que ha dicho mi hermanito?
- No.
- Mentirosa.

Sandra lo miro con los ojos entrecerrados.

- ¿Y tú que sabrás?
- Sé que me deseas. Todas me desean. Todas menos mi súper asistente.

Soltó una carcajada. Sandra no entendía a que venía todo esto.

- Solo es algo físico ¿vale? Nada más. No estoy enamorada de ti, ni quiero casarme contigo ni nada por el estilo.
- ¿Si es físico por que no deseas a Carlos?
- ¡Carlos es mi amigo! ¡No lo puedo desear!
- Ya, pues…
Sandra se levantó.
- Paso de escuchar tus tonterías. Tengo que trabajar.
- Está bien, está bien. ¿Es físico no? Pues salgamos algún día, así te puedes cansar de mi físico, ¿y ya te olvidas de mí no?
- ¿Pero qué te crees que soy?
- ¿Te parece bien el sábado?

Sandra se lo pensó un momento.


- Que sea el viernes. 

sábado, 14 de septiembre de 2013

Mucho mas que amigos - Capítulo 11

Carlos llamo por tercera vez a la puerta. ¿Dónde se ha metido esta mujer?
Por fin abrió la puerta y a Carlos se le seco la boca, envuelta en solo una toalla, Sandra era un sueño erótico hecho realidad, una fruta prohibida que lo tentaba hasta límites impensables.
- Lo siento, lo siento. ¡Ya estoy casi lista! Pero la próxima vez usa tu llave, ¡que para algo la tienes!
Vio como subía corriendo las escaleras, y la podía escuchar moverse de un lado a otro en su habitación. Lo que daría por unirse a ella ahora mismo… Le arrancaría la toalla para poder llegar a todas las curvas de su cuerpo perfecto y luego besarla hasta hacerle perder el sentido…
- Carlos ¿puedes venir?
Ehmm eso iba a ser un problema, no había manera de esconder su erección.
- ¿Que pasa Sandra?
Silencio.
- ¿Sandra?
- Nada déjalo.


Sandra luchaba con el cierre del vestido pero le era imposible. Tendría que ponerse otra cosa. La había llamado Sandra. Ni peque, ni cariño ni ningún otro apelativo cariñoso. Eso le dolía más de lo que quería admitir. ¿Quizás, al trabajar juntos había cambiado algo? No creía que pudiera soportarlo. Miraba el armario sin ver, con el vestido todavía puesto, aunque abierto por la espalda.
- ¿Sandra? ¿Qué te pasa nena?
Nena…
Fue hacia él y dejo que sus fuertes brazos la envolvieran.
- ¿Podemos quedarnos en casa?
Hablaba contra su pecho, y sentía su calor y ese delicioso olor tan masculino. Podría quedarse aquí para siempre, rodeada por sus brazos y…
¡Pero que estaba pensando!
A-M-I-G-O
Carlos era su mejor amigo… Nada mas.
¡Dios que confusión!
- Claro que podemos – haremos lo que tú quieras. ¿Todavía tienes mis vaqueros por aquí? Al menos déjame estar cómodo.
Sandra se separó de él y saco los pantalones del armario.
- Me cambio en el baño y te espero abajo. ¿Voy pidiendo las pizzas?

Sandra asintió, y se preparó el pijama de seda que tanto le gustaba a Carlos. 

jueves, 12 de septiembre de 2013

Mucho mas que amigos - Capítulo 10

Esta vez en no la regaño. ¿Cómo podía hacerlo si su felicidad era todo lo que él quería? Y al verla tan feliz, se le encogía el corazón.
Carlos no podía pensar en nada más que sus cuerpos pegados y no pudo evitar desear que no hubiera una barrera de ropa entre ellos. La estrecho más fuerte contra su pecho sin pensar que ella pudiera notar la evidencia de su excitación por ella. Así se quedaron un rato hasta que ella se removió y se separó un poco de él, mirándolo directamente a los ojos. Sus labios estaban tan cerca que si Carlos se inclinaba un poco los podría saborear. Justo cuando se disponía a hacer lo que su mente ya se había imaginado tantas veces, sonó el teléfono. Salvados por la campana, pensó antes de soltarla y dirigirse a su mesa para responder.
- Sandra, ve con Laura. Tienes que empezar a trabajar.

Ella se abrazó a si misma mirando su ancha espalda y hombros. ¿Cómo no se había dado cuenta antes? ¿Y qué demonios acababa de pasar entre ellos?
Las piernas le temblaban y por más que intentara no lograba darse la vuelta e irse. Carlos le dirigió una mirada interrogante. Tapando el auricular del teléfono le pregunto;
- ¿Necesitas algo más?
Ella negó con la cabeza y se dio la vuelta para dirigirse a su nuevo puesto de trabajo.


Laura estuvo muy amable con ella durante toda la semana y le había enseñado pacientemente como hacer lo que se esperaba de ella. Organizar la agenda, concertar citas y mantener todo el papeleo organizado para que Carlos pudiera hacer su trabajo sin problemas. Apenas lo había visto en toda la semana y las pocas veces que lo vio, se había dirigió a ella como si fuera una extraña. No, como una extraña no, como una trabajadora más. Y aunque lo entendía, estaba deseando que llegara la noche para estar con su amigo de siempre. Él que la trataba como si fuera la única mujer del mundo, y solo tenía ojos para ella.
Esa idea la hizo pensar, Carlos nunca había tenido una relación demasiado seria. Claro que había tenido sus aventuras y con algunas había aguantado varios meses pero las chicas siempre terminaban cansadas de su relación con Sandra ya que nunca habían cancelado su cita de los viernes. Las mujeres no entendían que fueran solo amigos y la veían como competencia.
Sandra sí que había tenido una que otra relación más seria pero tampoco había dejado de ver a Carlos los viernes y creía que por esa misma razón, quizás tampoco hubiera sobrevivido ninguna relación. Tampoco es que le importara mucho, ya que nunca había sentido la pasión esa enloquecedora que se describía en los libros. El sexo no había estado mal, pero siempre se quedaba con la sensación de que faltaba algo más. Se preguntaba si con Carlos sería igual. ¿Carlos? ¡No! Rafa, Sandra, a ti el que te gusta es Rafa.
Sacudió la cabeza confundida, como para desechar la absurda idea que se le había cruzado por la cabeza. Llevaba con pensamientos similares desde que empezó el lunes, sobre todo después de aquel abrazo. Algo había cambiado ese día, aunque Sandra no estaba segura de que era.

Te recojo en tu casa a las 8.

El mensaje de Carlos le llego justo al irse del trabajo, y sonrió. Jamás iba a estar lista a esa hora y Carlos debía saberlo, pero lo intentaría. Lo había echado mucho de menos, y se le hacía extraño no poder abrazarle cuando quería, o llamarle cosas cariñosas como estaba acostumbrada a hacer constantemente. De camino a casa pensó en todo lo que había pasado esta semana, creía haber encontrado una amiga en Laura y veía la adoración que esta le tenía a Rafa, cosa que le molestaba un poco, pero que entendía muy bien. Rafa había estado amable con ella, y flirteo con ella, como era habitual en él.

Claro que sabía que Rafa no estaba hecho para ser un futuro marido… pero le encantaría ser suya, aunque fuera por una noche. Llego a su casa y entro corriendo para prepararse, ya eran las 6 y media, y pronto Carlos estaría en su puerta. 

Mucho mas que amigos - Capítulo 9

El corazón de Carlos dio un vuelco, el ver esa cara preciosa tan nerviosa lo estaba matando. Ella no dijo nada así que empezó por la mala noticia.
- Sabes que no podemos echar a Jose. Y aunque pudiéramos, no lo haríamos solo por darte a ti el puesto.
- Si claro. Eso lo entiendo.
- Bien, esa es la mala noticia. Como Jose tampoco necesita ayudante, ni hay ninguna vacante en la empresa que se asemeje a tus cualidades, hemos decidido, y esta es la buena noticia, que te convertirás en mi ayudante personal.
Ella lo miro detenidamente.
- ¿Y eso que quiere decir, exactamente?
- Eso quiere decir que estarás disponible para mí las 24 horas y que cubrirás todas mis necesidades. En el trabajo.
La pausa que hizo y el doble significado que se le podían dar a esas palabras lo excitaron, y más teniéndola delante tan sexy como siempre.
- Así mismo, tendrás que encargarte de todo lo que hace Laura en estos momentos.
- Un momento. No puedes despedirla, ¡ni siquiera por mí! A ella le encanta su trabajo y…
- Sandra. No pienso despedir a nadie por ti. Eso ya lo he dejado muy claro.
- ¿Entonces?
- Laura va a ser la ayudante personal de Rafa y tú la mía, así que lo que ella hace por mí, ahora lo tendrás que hacer tú.
Carlos la miraba sonriente.


- ¿Y no puede ser al revés?
La pregunta se le escapo antes de pensar en las consecuencias. La cara de Carlos cambio por completo, mostrando unos los rasgos duros y enfadados, que lo hacían más atractivos si eso era posible.
- No creo que en tu posición puedas elegir.
Sus palabras ya no eran amables.
- Además, con los sentimientos que tienes hacia mi hermano, no durarías en el puesto ni una semana.
Sandra se sonrojo y se mordió el labio inferior.
- Lo siento Carlos. No pienses que no quiero trabajar contigo por favor.
Carlos sonrió amargamente.
- Sé que no debería decirte esto en el trabajo, pero eres mi amiga y solo quiero lo mejor para ti. Sabes que Rafa no es precisamente un futuro marido. Lo sabes ¿verdad?
Ella no contesto, pero sus ojos brillaban con lágrimas no derramadas. Ignoro su comentario.
- Entonces ¿ya tengo trabajo?
- Sí. Faltan algunos pequeños detalles y te tienes que pasar por el despacho de recursos humanos. Estarás toda la semana con Laura para que ella te enseñe lo básico, pero, si, ya tienes trabajo.
Sandra soltó un grito de felicidad antes de abalanzarse sobre Carlos para abrazarlo.
- Gracias. Gracias ¡Gracias! Sabía que podía contar contigo.
Le planto un beso en la mejilla.

- Gracias cariño. 

domingo, 8 de septiembre de 2013

Mucho mas que amigos - Capítulo 8

Sandra estaba tomándose un café en el comedor de la empresa mientras esperaba a Carlos cuando vio a Laura sentada sola en una de las mesas. Decidió acercarse para ver cómo era la secretaria de los gemelos Márquez. La chica tenía un aspecto normal y no se parecía nada al tipo de mujer con la que se imaginaba a Rafa. Tenía el pelo de un rojo cobrizo que parecía largo, aunque lo llevaba recogido en un moño soso. No llevaba nada de maquillaje y el traje chaqueta que llevaba era simple y escondía su figura. Sandra pensó que si se hacían amigas, quizás la podría ayudar a hacerse un cambio de imagen.

- Hola Laura,
- Ah. Hola señorita Moreno.
- Llámame Sandra, por favor. ¿La puedo acompañar?

Laura hizo una mueca que disimulo rápidamente.

- Si claro, ¿por qué no?

Sandra se sentó, ignorando la sensación de que la otra mujer no la podía ni ver.

- ¿Y qué tal es el trabajar para los hermanos Márquez?

Tenía curiosidad por saber más sobre su futuro entorno de trabajo. Laura sonrió.

- Bueno, Rafa es un tirano, y Carlos un encanto.

Sandra la miro incrédula hasta que Laura soltó una carcajada.

- No me mires así mujer, era solo una broma. La verdad es que los dos son muy justos, aunque exigentes. Uno más que el otro. Si trabajas duro y lo haces bien, ellos saben cómo agradecerlo. Rafa es más travieso, más juguetón, pero sabe hacer su trabajo, y Carlos es el más serio y responsable de los dos. A veces me cuesta un poco sacarle una sonrisa, pero siempre es amable y encantador.

Sandra apenas la escuchaba, intentando analizar los celos que estaba sintiendo al escuchar las palabras de la mujer. ¿Estaba celosa por que trabajaba tan cerca de Rafa o porque sabía lo encantador que podría llegar a ser Carlos? Sandra suspiro, este día la estaba confundiendo por momentos y no entendía los nuevos pensamientos y sentimientos tan inusuales con respecto a su mejor amigo. Decidió que sería mejor ignorarlos.

- Sandra ¿estás bien?
- Sí. Sí, claro. Voy a subir a ver qué me dice Carlos.
- De acuerdo. Te acompaño.

Justas subieron a su planta charlando animadamente mientras Laura le contaba algunas cosas de su trabajo, y pensaban que le podría tocar a Sandra. Al menos ya tenía alguien con quien hablar, a pesar de los celos, Laura le caía muy bien. En cuanto salieron del ascensor Carlos salió de la oficina de Rafa y se la quedó mirando unos segundos.

- Vamos a mi oficina pequ… Sandra, y te explico tus nuevas tareas.

El pequeño desliz no pasó desapercibido y Sandra sonrió al ver la cara de Laura y la de Carlos. La profundidad de su amistad y el cariño que se tenían, se mostraba hasta en un lugar tan serio como lo era el trabajo para Carlos. Entraron en el amplio despacho y Carlos se dio la vuelta hacia ella, que lo miraba nerviosa.


- Bueno, ¿qué quieres escuchar primero, las buenas noticias o las malas? 

sábado, 7 de septiembre de 2013

Mucho mas que amigos - Capítulo 7

La dureza de sus palabras la dejo un poco desconcertada, pero sabía que él era distinto en el trabajo así que se dijo que debía distanciarse de él como amigo. Sin embargo, no le funciono.
- Cariño, lo siento, yo…
- ¡Nada de cariño! Sandra por favor. Si vas a trabajar aquí no podemos ser amigos. Por lo menos aquí dentro. ¿Qué pensaran mis trabajadores si la chica nueva llama ‘cariño’ al dueño de la empresa?
Sandra comprendió inmediatamente.
- Exacto. Se pensaran algo que no es. Y no quiero que piensen eso de ti. ¿Lo puedes entender?
- Por supuesto señor Márquez.
Carlos soltó una carcajada y le guiño un ojo.
- ¡Esa es mi chica! Ahora ve a desayunar algo a la cafetería mientras yo hablo con Rafa sobre tu nuevo puesto de trabajo.
Sandra asintió ausente mientras salía de la oficina.
‘Mi chica’ - ahí estaba otra vez, Carlos también se refería a ella como su chica. Un escalofrió placentero se apodero de ella. Ya es la segunda vez hoy que me consideran la chica de Carlos
¿Y si…?
Por un instante Sandra se dejó llevar por la idea de ser realmente la chica de Carlos, estar entre sus brazos, besar sus labios, tocar su cuerpo. Rápidamente se obligó a deshacerse de esa idea. Carlos era su amigo de toda la vida y jamás podría pensar en él como algo más. Además, se suponía que a ella el que le gustaba era el hermano de Carlos… no el mismo Carlos.


Rafa estaba sentado en su mesa concentrado en una montaña de papeles cuando entro Carlos. Su hermano parecía cansado y Carlos pensó que le pasaba algo, algo que no podía descifrar.
- ¿Que ocurre hermanito?
El arrogante hombre de negocios había vuelto.
- Pensé que habíamos acordado hace muchos años que no mezclaríamos el negocio con el placer, y esa chica, querido hermanito, definitivamente la catalogaría en la sección del placer.
Carlos noto como la ira iba creciendo dentro de él al oír las palabras de su hermano.
- No te acuerdas de ella ¿verdad Rafa?
- Pues no, la verdad. ¿Debería?
- Bueno considerando que es mi mejor amiga desde hace más de 20 años y ha pasado la mayoria de su vida en nuestra casa, podrías haberla recordado.
Rafa se quedó pensando un momento para luego abrir los ojos como platos.
- ¿Esa es Sandy? ¿La chica bajita, plana y con aparato? Vaya, quien lo diría… como ha crecido la nena.
- ¡Se llama Sandra!
Carlos respondió a su hermano entre dientes, haciendo un verdadero esfuerzo por no hacerle recobrar la memoria con los puños.
- Sandy, Sandra, ¿qué más da? No debería de estar aquí y lo sabes.
- Necesita trabajo y me ha pedido ayuda. No pienso dejarla tirada.
- ¿Ni siquiera por la empresa?
- Ni siquiera por la empresa.
Rafa silbo.

- Vaya. Pues veamos qué podemos hacer por tu chica. 

viernes, 6 de septiembre de 2013

Mucho mas que amigos - Capítulo 6

Rafa la miro como si realmente no la reconociera y eso la hirió profundamente.

- Bueno, sí. Yo… Carlos…

Odiaba ponerse tan nerviosa delante de él. Se ponía a balbucear como una tonta quinceañera. Él frunció el ceño y la miro de arriba abajo.

- Si claro, ya me acuerdo. Eres la preciosidad que estaba con mi hermanito el viernes.

Ella asintió tímidamente.

- ¿Que te trae por aquí preciosa, todavía no te has cansado de él?
- Yo… él… hemos quedado aquí, pero… el guardia no me deja pasar y encima se me ha olvidado el móvil en casa y no puedo decirle que llevo aquí media hora, y va a pensar que he llegado tarde y…
- Shhh tranquila.

Sandra se sentía muy mal y frustrada. Estaba haciendo un verdadero esfuerzo para no llorar y tirarse a los brazos del hombre que tenía delante. Se parecía tanto a Carlos que seguro que podría consolarla más o menos igual. Pero nada de eso.

Asi que en vez de tirarse a sus brazos, se mordió el labio.
Rafa la miro durante un momento antes de sacar su móvil y darle a un botón.

- Hermanito, tu chica está aquí en la entrada y dice que has quedado con ella hoy, aquí. ¿Qué es eso de mezclar placer y negocios?

¿‘Tu chica’?, Rafa pensaba que ella y Carlos…que Carlos y ella… Dios, tenía que decirle a Carlos que le dijera a su hermano que no estaban juntos… ¿Cómo era posible que Rafa no se acordara de ella?

Pero que idea tan absurda, ella y Carlos… juntos… La idea hacia cosas raras con su cuerpo y sintió como se contraían sus pezones y como se humedecía el tanga que llevaba puesto. La voz de Rafa la saco de esos pensamientos tan extraños que la acababan de asaltar.

- Si claro, ahora mismo subimos.

Rafa le indico con la cabeza que lo siguiera mientras le indicaba al sorprendido Guardia de Seguridad que iba con él. Sandra no pudo reprimir dirigirle una sonrisa triunfal antes de entrar en el ascensor. El viaje se le hizo eterno a Sandra, que estaba muy concentrada en mirarse los tacones que llevaba, mientras sentía la presencia del hombre que la ponía tan nerviosa, a su lado.

Cuando por fin llegaron a la planta de las oficinas de Carlos y Rafa, este salió disparado y sin mirar atrás le indico con la mano donde podía encontrar la oficina de Carlos.

- Es por allí preciosa.

Y así sin más desapareció dentro de su propia oficina. Una mujer de su misma edad, quizás un poco mayor, le dedico una sonrisa triste, casi parecía celosa. Se levantó y fue hacia ella.

- Hola, soy Laura, la secretaria de los hermanos Márquez.

Ahora le tocaba a Sandra sentir una punzada de celos.

- Hola, soy Sandra Moreno.
- Si, el señor Márquez me ha informado de que la estaba esperando.

Sonrió amablemente y la acompaño hasta la puerta.

- Puede usted entrar. Está solo.


Un suave toque en la puerta detuvo a Carlos en su paseo. Es ella. Miro el reloj –llega tarde- pero se sintió ridículamente feliz de saber que la iba a ver. Vio como la puerta se abría lentamente y observo como se asomaba tímidamente. Le indico con el gesto que entrara y se quedó mirándola boquiabierto al ver el modelito que llevaba. Su cuerpo reacciono como siempre al verla, y agradecía que la chaqueta que llevaba puesta escondiera la evidencia de su deseo por ella.

- Llegas tarde.
- Sí. El guardia no me dejo…
- ¿Qué hacías con Rafa?
- Si me dejas que te explique…
- Si vas a trabajar aquí no pienso tolerar que llegues tarde. Esto no es una cena entre amigos. Y tampoco pienso tolerar que tontees con uno de los jefes.