Rafa la miro como si realmente no la reconociera y eso
la hirió profundamente.
- Bueno, sí. Yo… Carlos…
Odiaba ponerse tan nerviosa delante de él. Se ponía a
balbucear como una tonta quinceañera. Él frunció el ceño y la miro de arriba
abajo.
- Si claro, ya me acuerdo. Eres la preciosidad que
estaba con mi hermanito el viernes.
Ella asintió tímidamente.
- ¿Que te trae por aquí preciosa, todavía no te has
cansado de él?
- Yo… él… hemos quedado aquí, pero… el guardia no me
deja pasar y encima se me ha olvidado el móvil en casa y no puedo decirle que
llevo aquí media hora, y va a pensar que he llegado tarde y…
- Shhh tranquila.
Sandra se sentía muy mal y frustrada. Estaba haciendo
un verdadero esfuerzo para no llorar y tirarse a los brazos del hombre que
tenía delante. Se parecía tanto a Carlos que seguro que podría consolarla más o
menos igual. Pero nada de eso.
Asi que en vez de tirarse a sus brazos, se mordió el
labio.
Rafa la miro durante un momento antes de sacar su
móvil y darle a un botón.
- Hermanito, tu chica está aquí en la entrada y dice
que has quedado con ella hoy, aquí. ¿Qué es eso de mezclar placer y negocios?
¿‘Tu chica’?, Rafa pensaba que ella y Carlos…que
Carlos y ella… Dios, tenía que decirle a Carlos que le dijera a su hermano que
no estaban juntos… ¿Cómo era posible que Rafa no se acordara de ella?
Pero que idea tan absurda, ella y Carlos… juntos… La
idea hacia cosas raras con su cuerpo y sintió como se contraían sus pezones y
como se humedecía el tanga que llevaba puesto. La voz de Rafa la saco de esos
pensamientos tan extraños que la acababan de asaltar.
- Si claro, ahora mismo subimos.
Rafa le indico con la cabeza que lo siguiera mientras
le indicaba al sorprendido Guardia de Seguridad que iba con él. Sandra no pudo
reprimir dirigirle una sonrisa triunfal antes de entrar en el ascensor. El
viaje se le hizo eterno a Sandra, que estaba muy concentrada en mirarse los
tacones que llevaba, mientras sentía la presencia del hombre que la ponía tan
nerviosa, a su lado.
Cuando por fin llegaron a la planta de las oficinas de
Carlos y Rafa, este salió disparado y sin mirar atrás le indico con la mano
donde podía encontrar la oficina de Carlos.
- Es por allí preciosa.
Y así sin más desapareció dentro de su propia oficina.
Una mujer de su misma edad, quizás un poco mayor, le dedico una sonrisa triste,
casi parecía celosa. Se levantó y fue hacia ella.
- Hola, soy Laura, la secretaria de los hermanos
Márquez.
Ahora le tocaba a Sandra sentir una punzada de celos.
- Hola, soy Sandra Moreno.
- Si, el señor Márquez me ha informado de que la
estaba esperando.
Sonrió amablemente y la acompaño hasta la puerta.
- Puede usted entrar. Está solo.
Un suave toque en la puerta detuvo a Carlos en su
paseo. Es ella. Miro el reloj –llega tarde- pero se sintió
ridículamente feliz de saber que la iba a ver. Vio como la puerta se abría
lentamente y observo como se asomaba tímidamente. Le indico con el gesto que
entrara y se quedó mirándola boquiabierto al ver el modelito que llevaba. Su cuerpo
reacciono como siempre al verla, y agradecía que la chaqueta que llevaba puesta
escondiera la evidencia de su deseo por ella.
- Llegas tarde.
- Sí. El guardia no me dejo…
- ¿Qué hacías con Rafa?
- Si me dejas que te explique…
- Si vas a trabajar aquí no pienso tolerar que llegues
tarde. Esto no es una cena entre amigos. Y tampoco pienso tolerar que tontees
con uno de los jefes.
o.O
ResponderEliminarCelos a la vista!!!!.... Muy buen capi!!