miércoles, 4 de septiembre de 2013

Mucho mas que amigos - Capítulo 5

El lunes Sandra se levantó con un cosquilleo en el cuerpo, los nervios, la novedad y la anticipación de poder trabajar cerca de Rafael no la habían dejado dormir. Se ducho tranquilamente pensando en que podría tener Carlos preparado para ella y en qué consistiría su nuevo trabajo. Esperaba que pudiera darle algo parecido a lo que tanto le gustaba pero aunque él fuera el dueño de la mitad de la empresa, sabía que no substituiría a su actual consejero financiero, ni siquiera por s mejor amiga. Eso era algo que ella admiraba en él, era un hombre con unos valores y principios muy claros. No importaba cuantos caramelos hubiesen compartido en el pasado, él te daba solo so que merecías, según sus criterios, y no hacia favores simplemente por que eras su amiga. Ella era demasiado joven y tenia demasiada poca experiencia como para que le dieran un puesto tan importante en la empresa multinacional de la familia Márquez.

Su hermano sin embargo, era otra historia. Según Carlos, había tenido tantas secretarias bonitas pero tontas, que ya no quedaba ninguna. Por lo que se había tenido que conformar con una más normalita, que hasta ahora era la más eficiente. Esperaba poder llevarse bien con ella, aunque si trabajaba tan cerca de Rafa todos los días, no sabía si podría contener su envidia. Salió de la ducha y se puso el traje chaqueta negro, que era sexy a la vez que elegante, y la hacía parecer muy profesional. Salió de casa con tiempo de sobra y con su pequeño coche se dirigió a la oficina donde había quedado con Carlos.

Después de tantos años de amistad, Sandra solo conocía el edificio por fuera, ya que Carlos nunca la había llevado allí. Con lo serio y responsable que era, no le extrañaba en lo más mínimo. Sin embargo, se preguntaba por qué Carlos había cambiado de opinión y le iba a dar un trabajo aquí. Por qué sabe que lo necesito, pensó. Y Carlos siempre la ayudaba cuando ella lo necesitaba.


Carlos se movía de un lado a otro en su oficina sin saber qué hacer. Llevaba todo el fin de semana dándole vueltas, pensado en que podría trabajar Sandra. La mujer a la que amaba.
Porque la amaba.
De eso no cabía duda. Quiso pensar que solo era un enamoramiento pasajero, pero el viernes se había dado cuenta de que era algo más. Mucho más. El instinto de protección, de posesión que despertó en el cuándo su hermano los saludó, así se lo confirmaba. De lo que no estaba seguro, era si se lo tenía que decir o intentar ocultarlo por no echar a perder su amistad. Podría sobrevivir sin su amor, eso ya lo estaba haciendo. Pero no podría sobrevivir sin su amistad. Eso era algo que no soportaría.


A la entrada del edificio Sandra estaba teniendo verdaderos problemas para que el guardia de seguridad la dejara entrar.

- ¡Y yo le digo que Carlos Márquez me está esperando! ¡Llámelo y lo comprobara!
- El señor Márquez no me ha indicado que tenía que dejar entrar a ninguna Sandra Moreno, así que no pienso llamarle para hacerle perder el tiempo.

¡Por Dios! Sandra resoplo frustrada y se echó a un lado para buscar su móvil y así poder llamar a Carlos. Pero sabía que no estaba, no se podía creer que se lo había dejado en casa. ¡Qué tonta! Carlos jamás le daría el trabajo, ya iba tarde… Levanto la vista y vio a Carlos entrar por las puertas del edificio. Miro su reloj y se dio cuenta de que no podía ser Carlos, y eso significaba que… Rafa. Él esbozo una de sus preciosas sonrisas, una que le había visto ocasionalmente a Carlos, mientras se acercaba a ella, haciendo que se sonrojara.

- ¿Nos conocemos, preciosa? 

No hay comentarios:

Publicar un comentario