El corazón de Carlos dio un vuelco, el ver esa cara
preciosa tan nerviosa lo estaba matando. Ella no dijo nada así que empezó por
la mala noticia.
- Sabes que no podemos echar a Jose. Y aunque
pudiéramos, no lo haríamos solo por darte a ti el puesto.
- Si claro. Eso lo entiendo.
- Bien, esa es la mala noticia. Como Jose tampoco
necesita ayudante, ni hay ninguna vacante en la empresa que se asemeje a tus
cualidades, hemos decidido, y esta es la buena noticia, que te convertirás en
mi ayudante personal.
Ella lo miro detenidamente.
- ¿Y eso que quiere decir, exactamente?
- Eso quiere decir que estarás disponible para mí las
24 horas y que cubrirás todas mis necesidades. En el trabajo.
La pausa que hizo y el doble significado que se le
podían dar a esas palabras lo excitaron, y más teniéndola delante tan sexy como
siempre.
- Así mismo, tendrás que encargarte de todo lo que
hace Laura en estos momentos.
- Un momento. No puedes despedirla, ¡ni siquiera por
mí! A ella le encanta su trabajo y…
- Sandra. No pienso despedir a nadie por ti. Eso ya lo
he dejado muy claro.
- ¿Entonces?
- Laura va a ser la ayudante personal de Rafa y tú la
mía, así que lo que ella hace por mí, ahora lo tendrás que hacer tú.
Carlos la miraba sonriente.
- ¿Y no puede ser al revés?
La pregunta se le escapo antes de pensar en las
consecuencias. La cara de Carlos cambio por completo, mostrando unos los rasgos
duros y enfadados, que lo hacían más atractivos si eso era posible.
- No creo que en tu posición puedas elegir.
Sus palabras ya no eran amables.
- Además, con los sentimientos que tienes hacia mi
hermano, no durarías en el puesto ni una semana.
Sandra se sonrojo y se mordió el labio inferior.
- Lo siento Carlos. No pienses que no quiero trabajar
contigo por favor.
Carlos sonrió amargamente.
- Sé que no debería decirte esto en el trabajo, pero
eres mi amiga y solo quiero lo mejor para ti. Sabes que Rafa no es precisamente
un futuro marido. Lo sabes ¿verdad?
Ella no contesto, pero sus ojos brillaban con lágrimas
no derramadas. Ignoro su comentario.
- Entonces ¿ya tengo trabajo?
- Sí. Faltan algunos pequeños detalles y te tienes que
pasar por el despacho de recursos humanos. Estarás toda la semana con Laura
para que ella te enseñe lo básico, pero, si, ya tienes trabajo.
Sandra soltó un grito de felicidad antes de
abalanzarse sobre Carlos para abrazarlo.
- Gracias. Gracias ¡Gracias! Sabía que podía contar
contigo.
Le planto un beso en la mejilla.
- Gracias cariño.
Muy bueno el capi!!
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