viernes, 11 de abril de 2014

Confesiones de un admirador secreto - Capítulo 21

Damian se sentía casi humano de nuevo. Con la ayuda de Jace se había duchado, se había afeitado, se había cepillado los dientes y hasta se cortó las uñas. Por fin estaba despierto.
El oír a Jace y Sheena discutir sobre por qué ella no le había dicho que lo amaba, finalmente le había permitido atravesar la bruma que lo mantenía atrapado y despertar. Él sólo había sido capaz de mirarla fijamente, hipnotizado. Se había aferrado a su mano y no la había querido dejar de ir. Hasta que se dio cuenta de las pintas que tenía que tener. Y como debía oler. No podía declararle su amor oliendo a bicho muerto.
Necesitaba estar limpio y medianamente presentable, a pesar de que cada movimiento que hacia dolía como mil demonios.
- ¿Estás bien?
- Estoy bien Jace, dame un segundo.
- Le diré a Sheena...
Damian agarró el brazo de su hermano con las pocas fuerzas que tenía.
- Si alguna vez te atreves a hablarle a ella en ese tono de nuevo, o la lastimas con tus palabras, voy a partirte la cara. ¿Me has entendido?
- Uhm, sí... te entiendo. ¿Pero de qué demonios estás hablando?
- Estoy hablando de cuando le dijiste que estaba demasiado ciega para ver que mis acciones eran causadas por mis sentimientos.
Jace abrió mucho los ojos.
- ¿Oíste eso?
- Sí, lo oí. Y no me gustó tu tono.
- ¿Has oído algo más? ¿Algo recientemente?
- ¿Qué crees que me ha hecho despertar? He oído muchas cosas últimamente. Pero oírte decir... y a ella mencionar... necesitaba despertar. Ya es hora de que crezca un par y la haga mía, y le diga lo que siento.
- Yo uh... creo que ella ya lo sabe.
- ¿Qué quieres decir?
- Hay algo que tengo que decirte.
- ¿Qué? Jace, ¿qué hiciste?
- Bueno, eh ¿tu diario?
- Sí ¿Qué pasa?
- Yo se lo di. Para que lo leyera.
- ¿Qué hiciste qué?
- Se sentía como una mierda, culpándose a sí misma por lo que te pasó y yo pensé que si ella lo leía y sabía lo que tú sentías por ella... que haría que se sintiera mejor.
- Jace, ese diario era privado.
Soltó un bufido.
- ¿Así que eso es lo que ella ha estado leyendo todo este tiempo?
- Una y otra vez.
- De ahí es de dónde saca todas esas preguntas.
- Creo que sí, sí.
- Ah...
Damian sonrió, por primera vez en años, él realmente sonrió. Él no iba a dejarla ir. Ni ahora, ni nunca.
- ¿Me puedes ayudar?
- Sí.
Se inclinó sobre su hermano, y cojeando de su brazo, Damian salió del cuarto de baño, listo para enfrentarse a su mujer.

16 de julio

Oh mierda. Oh dios. Acabo de oír...
¿Podría ser verdad? ¿Podría amarme tanto como yo la amo a ella? ¿Me he pasado todo este tiempo haciendo el ridículo cuando todo este tiempo ella ha sentido lo mismo?
Tengo que saberlo, tengo que decirle lo mucho que lo siento por haberla herido, por actuar como lo he hecho. Tengo que decirle lo que siento. Jace dice que ella está demasiado avergonzada y no me deja hablar con ella. Me mata saber que están compartiendo una habitación, una cama, justo en este momento.
Y pensar que ese era yo... El otro día ella me estaba mirando. A mí!
Esto es una locura, no puedo hacer que mi corazón deje de palpitar. Se me va a salir del pecho.
Estoy temblando por la necesidad de abrazarla. De consolarla.
Me ama.
¿Podría ser? ¿Podría esta mujer finalmente, realmente ser mía?

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