domingo, 17 de noviembre de 2013

Mucho mas que amigos - Capítulo 35

Sandra estaba temblando. Jamás había sido capaz de correrse más de una vez en tan poco tiempo, y sin embargo con Carlos…
Estaba lacia, saciada… y aun así, quería más.
Carlos la cogió en brazos sin sacarle las bolas chinas y con cuidado la tumbo en la cama.

- Abre la boca preciosa.

Sandra obedeció y su sabor masculino y almizclado le lleno la boca. Era demasiado grande para hacerle lo que ella quería pero por sus gemidos y Jadeos, eso no importaba. Lo rodeo con una mano y movió su mano libre para tocarse. ¡Necesitaba correrse!

- Sandra, ¿qué crees que estás haciendo?

Lo miro con los ojos muy abiertos.

- No te que dado permiso para que te toques.

Se separo de ella haciendo que protestara ante la perdida.

- Ven, levántate.

La cogió de la mano y la beso con frenesí, con locura. Sandra jamás se cansaría de el…
Cuando la miro, la mirada de Carlos era intensa, hambrienta.

- Súbete a la campa, ponte a cuatro patas.

Sandra se lamió los labios nerviosa, aun notando su sabor y obedeció, jadeando al sentir las bolas chinas aun dentro de ella.
El primer azote la hizo soltar un grito de sorpresa.

- Voy a tener que castigarte pequeña.

Chasqueo la lengua.

- Eres muy desobediente Sandra. Vamos a ver si podemos cambiar eso…

Le dio varios azotes más y Sandra cerró los ojos, dejándose llevar por las sensaciones. Noto un frió gel en el ano y se tenso.

- Shhh, tranquila mi vida, relájate.

Sandra respiro hondo e intento relajarse. Sintió como Carlos introdujo un dedo, ayudado por el lubricante.

La sensación era enloquecedora y no pudo quedarse quieta, pero cada vez que se movía un poco, recibía otro azote, haciendo que contrajera los músculos y aumentara su placer.
Carlos la penetro con dos dedos, saliendo y entrando despacio, preparándola con cuidado. Sintió sus labios sobre su baja espalda y sus dientes la mordisquearon suavemente, causándole más escalofríos.

Noto algo frió intentando penetrar esa entrada prohibida.

- Oh dios, Carlos…
- Eso es cariño, relájate. Empuja para que la joya pueda entrar… eso es…

Jadeo al sentir la joya anal encajada en su interior. Junto a las bolas chinas era una sensación increíble. Pero antes de que pudiera disfrutar demasiado, Carlos le saco las bolas chinas, haciendo que gimoteara en protesta.


- Ah no, pequeña. Estas castigada. No te vas a correr hasta que yo te de permiso.

1 comentario:

  1. :D Adoro este Carlos mandon.....
    Pero me quede con ganas de leer más..... *Snif Snif* voy a tener que armarme de paciencia hasta la próxima actualización.....

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