Sandra cerro los ojos de
puro placer al notar a Carlos encajado en su interior. Llenándola como nadie
antes la había llenado. Encajaban a la perfección y…
- Abre los ojos.
Obedeció, perdiéndose en
esa mirada azul intenso.
- Quien soy.
Sonrió. ¿Carlos aún se
preocupaba por eso?
Estaba a punto de decirle
que lo quería a él, a Carlos, a su mejor amigo, pero él la embistió con fuerza,
haciendo que jadeara.
- Quien soy, Sandra.
- Carlos. Eres Carlos.
- No.
- ¿No?
- No.
Carlos gruño con cada
embestida.
- Soy. Tu. Dueño.
¡Joder sí!
- Dilo, Sandra. Ahora.
- Soy. Tu. Dueña.
Sonrió por dentro, eso le
sacaría de sus casillas. Gimoteo frustrada cuando Carlos dejo de moverse y
apoyo la frente en la suya.
- Eso siempre lo has
sido. Ahora dime. ¿Quién soy Sandra?
Volvió a moverse pero su
confesión la había dejado de piedra.
- ¡Sandra!
- Mi dueño – susurro. –
Eres mi dueño.
Con esas palabras, Carlos
se movió con más fuerza y rapidez, tragándose el grito de Sandra cuando los dos
se corrieron a la vez.
*-*-*-*
Sin soltarla y sin salir
de su interior Carlos fue hacia su silla y se sentó, con ella a horcajadas
sobre él. Aún estaba completamente vestido, menos donde estaban unidos. Jamás
había hecho algo así en el trabajo y volvió a apoyar su frente en la de Sandra.
Pero que estaba haciendo, reclamándola así, ¡y en la oficina!
Abrió los ojos cuando
noto que Sandra le estaba dando besos suaves por toda la cara y cuello.
- ¿Sandra?
- ¿Mhm?
- Sandra para.
Dudosa, ella se detuvo y
se incorporó un poco.
- Tenemos que hablar ¿no
crees?
Ella tuvo el descaro de
negar con la cabeza.
- No hay nada de qué
hablar. Soy tuya. Y tú eres mío. Soy tu dueña, y tu señor Márquez, eres mi dueño.
Sus palabras eran un
bálsamo para sus oídos, pero…
- ¿Y qué pasa con Rafa?
Sandra sonrió, la muy
descarada.
- Pues con Rafa, no pasa
nada, que yo sepa.
- Estas enamorada de él.
Sandra frunció el ceño.
- ¿Realmente piensas tan
mal de mí que crees que estando enamorada de otro, me acostaría contigo?
- Bueno es que yo me
parezco a él físicamente y…
- Y él se parece a ti
físicamente.
Carlos la miro con los
ojos entrecerrados.
- Que quieres decir con
eso.
Sandra se mordió el labio
y su polla latió en su interior, haciéndola gemir.
Abrió la boca para decir
algo pero el sonido del teléfono la interrumpió. Sin moverse y aguantándola por
la cadera para que no se moviera, descolgó.
- ¿Si? Ah Rafa dime.
La observo mientras
hablaba con su hermano para ver su reacción. Necesitaba saber si ella sentía
algo por su hermano, o no.
WOW!!!!.... Que situación!!!.
ResponderEliminarCada vez escribes mejor!!!!. Me encanta leer tus historias :D
Gracias Debbie!!! Espero poder seguir pronto con esta historia :)
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