Rebeca
estaba nerviosa. Hoy empezaba su trabajo, pero esa no era la causa de sus
nervios. Estaba nerviosa por volver a ver a Ethan. Desde que le había tirado el
vaso de agua, solo se lo había encontrado dos veces, y aunque había intentado
ignorarlo, en su mirada había visto la sensual promesa de una venganza. Desde entonces,
no había dormido bien. Sus sueños habían estado llenos de un hombre desnudo y
musculoso que la desafiaba, la seducía y la volvía loca de deseo. Tanto, que
más de una vez se había despertado al borde de un orgasmo intenso, pero que
cuando llegaba, con la ayuda de sus propias manos, la dejaba vacía. Suspiro y
se terminó de vestir. No tenía más remedio que ir a la oficina y soportar la
presencia del que a partir de ahora sería su jefe.
Ethan supo exactamente cuándo Rebeca entro a la oficina. Mike y James habían
estado hablando y de repente, un silencio absoluto se apodero de la oficina.
Salió de su propia oficina para recibirla, pero se quedó parado al verla. Ya
sabía por qué se habían callado sus amigos. Estaban demasiado ocupados
babeando. Llevaba una faldita negra, que no era exactamente mini, pero casi. Y
el top que llevaba no hacía nada para esconder esas deliciosas curvas que
tenía, además de hacerle un escote más que generoso.
- Hola chicos. ¿Ocurre algo?
Su voz suave con un toque de inseguridad lo saco de su estupor.
- No pasa nada. Pasa a mi oficina y te doy tu primer proyecto.
¿Eran imaginaciones suyas o se había puesto colorada?
Miro a su alrededor con curiosidad, la oficina era pequeña, pero estaba bien
distribuida. Ethan tenía su propia oficina mientras que los chicos y ella
compartían el resto del espacio. Era curioso, desde la mesa de James y Mike no
se podía ver dentro de la oficina de Ethan, pero su mesa había sido colocada de
forma que, cuando la puerta estaba abierta, ella lo podía ver a él, y el a
ella. Llevaba echándole miradas furtivas todo el día, y él siempre la pillaba,
haciendo que se pusiera colorada y no se pudiera concentrar en el proyecto que
le había dado. Era relativamente simple, crear una página web para una empresa
que vendía bolsos, pero juraría que todo su conocimiento se había esfumado. Así
que cuando Mike y James le preguntaron si los acompañaba para ir a almorzar,
negó. Tenía que seguir con esto o haría el ridículo por completo.
Disimuladamente intento mirarlo, pero ahí estaba, mirándola otra vez. Volvió la
mirada hacia su pantalla de nuevo y le pareció escuchar una risita. Estúpido. Rebeca
bufo. Ella odiaba a Ethan, siempre le había caído mal. Así que no entendía la
razón por la que sus pezones estaban duros, y su tanga mojado. Ethan no la
excitaba. De verdad que no. Cuando noto que él se levantaba y se le acercaba,
hizo todo lo posible por ignorarlo y seguir con lo suyo.
- ¿Cómo vas? ¿Necesitas ayuda?
Rebeca giro la cabeza y no se pudo controlar. Su vista se dirigió
automáticamente hacia su entrepierna, donde unos vaqueros apretados no hacían
nada por esconder la enorme erección de Ethan. El tiempo se detuvo. Rebeca se
lamio los labios, mientras se imaginaba como seria bajarle la cremallera y
llenarse la boca con su polla. Seguro que no cabía entera, pero estaba más que
dispuesta a intentarlo.
- Becky baby, deja de mirarme así o atente a las consecuencias.
Su voz sonaba grave y sabía que estaba a punto de perder el control. Rebeca lo
miro y su mirada era pura sensualidad. Se volvió a lamer los labios y Ethan no
se pudo detener. Paso un brazo por detrás de su espalda y la levanto de la
silla, medio sentándola sobre la esquina del escritorio. Y la beso. Sus labios
la devoraron por fin. Había soñado con esto, había imaginado su sabor y ahora
pensaba saborearla por completo. Ya no tendría que imaginarse nada. Profundizo
el beso y se tragó el gemido de Rebeca. Se acercó más a ella, abriéndole las
piernas para encajarse entre ellas. Su polla estaba a la altura perfecta y comenzó
a girar las caderas suavemente haciendo que la tela de los vaqueros rozara el
clítoris de Rebeca a través del tanga. Se ondulaba contra él, mientras se
agarraba a sus hombros y succionaba su lengua.
Necesitaba más, tenía que saborearla, o entrar en ella, pero necesitaba más.
Con una mano le agarro la cabeza, enredando sus dedos entre la espesa melena
para que no se pudiera escapar, mientras que con la otra le acaricio el pecho.
Le pellizco el pezón y estuvo tentado de detener el beso para posar sus labios
sobre él, pero no se podía arriesgar. Temía que si le dejaba opción de hablar,
le pediría que se detuviera. Y no podía detenerse. Aún no. Necesitaba más de
ella.
Rebeca había muerto y por alguna razón, había terminado en el cielo. Los labios
de Ethan la estaban volviendo loca y dejando sin respiración mientras que una
de sus manos le agarraba la cabeza pegándole suaves tirones que hacían que
gimiera de placer. Sus caderas estaban encajadas entre las de ella y estaba tan
mojada que temía manchar los vaqueros que la estaban torturando tan
exquisitamente. Y su otra mano… dios su otra mano. Le había pellizcado los
pezones, jugando con sus pechos, y ahora se dirigía más abajo. Tenía la falda
alrededor de la cintura y sentía la mano de Ethan cada vez más cerca… solo
hacía falta un poquito más para que estallara en mil pedazos. No podía respirar
y cuando Ethan echo el tanga a un lado y la penetro con dos dedos, Rebeca echo
la cabeza para atrás separando sus labios de los de Ethan, para gemir
enloquecida.
Ethan poso sus labios sobre su cuello expuesto, lamiendo y besando mientras que
sus dedos entraban y salían de su interior. Jamás había sentido tanto placer y
temía que después de esto, nada volvería a ser igual. Dejo de pensar cuando
Ethan presiono su clítoris con el pulgar y la fue acariciando con la presión
justa para hacerla llegar al clímax. Cuando los lametazos y besos de su cuello
se convirtieron en mordiscos, el mundo exploto a su alrededor y tuvo el orgasmo
más intenso de su vida.
O.o
ResponderEliminarsin palabras.... Solo digo que me voy rápido a leer el siguiente capi!!!....