Ethan la miro un rato, como si no se creyera que
estuviera ahí, en su casa. Dio un paso hacia ella pero pareció pensárselo mejor
y miro la puerta del cuarto de baño.
- ¿Estarás aquí...?
- ¿...cuando salgas? Sí. No me iré.
Ethan parecía dudar.
- Lo prometo Ethan. Seguiré aquí cuando salgas.
Asintió y desapareció por la puerta del baño. Rebeca
suspiro. Se acababa de dar cuenta de lo mucho que lo necesitaba en su vida.
Una hora después, Ethan volvía a sentirse humano. Se
había duchado, se había afeitado y hasta se había cortado las uñas. Increíble
lo que un poco de cuidado personal hacía por el bienestar de una persona...
Claro que saber que la mujer a la que amas esta en tu casa esperándote, ayuda
mucho... aunque no sepas por qué esta allí.
Determinado, salió en su busca. El olor a comida
recién hecha lo guio hacia la cocina.
- ¡Ahí estas! Con lo que has tardado, casi estaba a
punto de ir en tu busca. Ethan... ¿qué haces?
Se arrodillo delante de ella.
- Perdóname. Por favor Rebeca. Perdóname.
Rebeca abrió mucho los ojos al ver a Ethan
arrodillarse delante de ella. Quiso decirle que se levantara del suelo pero
empezó a hablar y Rebeca solo pudo dejar que lo soltara todo, mirándolo
estupefacta.
- Te quiero. Te quiero más que a mi vida, más que a
nada. No... no tengo palabras para expresar lo que siento. No soy nada sin ti.
Ya me has visto. Si no estoy a tu lado, no tengo razón para levantarme por la
mañana, ni para vestirme o afeitarme. Sé que te he hecho daño y no sabes cuánto
me arrepiento. Tenía que haberte elegido a ti, tú vas antes que nada y si me
das otra oportunidad, te juro que siempre te pondré en primer lugar. Siempre.
Paula me pidió que no se lo dijera a nadie, pero
ahora mismo me importa una mierda. No voy a perderte por ella. Ella está
embarazada de un tipo al que conoció no sé dónde y la ha dejado sola. Me ha
pedido ayuda y por eso toda esta... mierda. Jamás pensé en despedirte, lo juro.
Ella es solo una buena amiga, pero no significa nada en mi vida comparada
contigo. Déjame arreglar esto Rebeca por favor.
Rebeca se mordió el labio pensando que quizás
debería de hacerle sufrir un poco más, aunque lo había perdonado en cuanto
había entrado en su dormitorio. Su cara de dolor y arrepentimiento la hicieron
pensárselo mejor.
- Te perdono, Ethan.
Ethan la miro sorprendido y se levantó rápidamente
del suelo. Se acercó a ella y antes de que ella pudiera cambiar de opinión,
metió las manos en su pelo y la beso. Los dos gimieron con el contacto y Rebeca
no tardo en rodear su cintura con los brazos.
- Dios... Becky.
Ethan se incorporó de golpe mirándola.
- Uhmm... lo siento, quería decir Rebeca.
Rebeca le sonrió antes de atraerlo de nuevo hacia
ella. Con los labios pegados a los suyos, le susurro.
- Puedes llamarme Becky cuando quieras, mientras que
no me mientas nunca más.
Ethan gimió y volvió a tomar el control del beso
enloquecedor. Como amaba a esta mujer...
ooohhh!!!.... Que lindo!!!...
ResponderEliminar